Cuando la autoridad que debe auditar el uso de los recursos públicos y, consecuenta o solapa los desmanes de los alcaldes el el pueblo quien los mete al orden para que por las buenas o por las malas le rinda cuentas al pueblo.
Es lo que pasa ahora en el municipio de Ixhuatlan del Sureste donde los habitantes cansados de la opacidad con la que el alcalde aplica el presupuesto le tomaron por la fuerza el Palacio Municipal.
De la intervención del ORFIS no se sabe nada, pero sería preciso que interviniera de inmediato para que el pueblo se calme y espere los datos oficiales del manejo del presupuesto público.
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