México debe revisar con cuidado e inteligencia el tema y aprovechar que la Presidenta Claudia Sheinbaum trae por oficio seleccionar obras estratégicas para el país y ha ofrecido mantener vigilancia y transparencia en la aplicación de los recursos
Aunque será difícil que esa satanización por el financiamiento exterior para el desarrollo cambie, por el bien del país y no tener que sufrir con una austeridad tan fuerte como la que está viviendo la Francia. Al menos para los veracruzanos pudiera tardar más un cambio de mentalidad puesto que aún está presente en su mente el derroche de los recursos que consiguió el gobierno local con la Bursatilización del cobro de la tenencia de automóviles, que finalmente en lugar de obras para el desarrollo regional fueron a parar impunemente para campañas políticas.
Pero ya no le seguimos con la apreciación de Política al Día, mejor entérese en directo y de la fuente misma:
“Dentro de todas las adversas expectativas externas del efecto Trump sobre México, además, de la migración, el combate a los carteles, los aranceles a China extensivos a nuestro país, es importante analizar el financiamiento institucional de USA que está en la esfera de decisión del presidente de esa nación. Capítulo de gran trascendencia y potencialmente positivo para México. Máxime por la astringencia o contracción presupuestal anunciada para 2025. De no conocer tal potencial y oportunidad, podemos quedamos con la información convencional de los “comentólogos”, “opinólogos” o aún de los dichos expresados políticamente en la reciente campaña electoral del vecino del norte”.
“Así, durante el primer periodo presidencial de Trump, los apoyos financieros con carácter de fondos perdidos de USAID, organización mundial norteamericana, a organizaciones civiles de variada naturaleza y a productivas de diferente tipo de México se acrecentaron. Ello a pesar de las críticas de López Obrador a esa agencia norteamericana. Las críticas se centraron por el apoyo a entidades abocadas a transparentar información pública, a evaluar el desempeño del gobierno, así como a los menesteres de la corrupción. En extremo de la tolerancia diplomática de la USAID, el gobierno mexicano recibió directamente decenas de millones de dólares para promover los programas emblemáticos de AMLO en países de Centroamérica, especialmente en el Salvador”.
“A mayor abundamiento, Trump al inicio de su periodo gubernamental abrió una línea de crédito para México por 5000 millones de dólares, vía el DFC (Development Finance Corporation), identificado como el banco de desarrollo de USA, que opera financiamientos en casi todo el mundo, tanto para nacionales de ese país y como para empresarios locales”.
“Después de casi tres años, la oficina gubernamental correspondiente, cercanísima en su función a AMLO, no hubo presentado un sólo proyecto. Tanto por su falta de difusión, la escasez de proyectos y la simple cultura presupuestal de funcionarios y del sector privado, que implica fondos presupuestales sin control, rendición de cuentas y ,en muchos casos, sin ningún retorno financiero o de repago esperado. Esa facilidad o línea de crédito de Trump hubiera permitido preparar a México con infraestructura, agua y energía para hacer frente a las oportunidades que el llamado nearshoring, sabido desde 2011-2012, ofrecía al país”.
“El enfoque de cambio y el empuje del DFC en su proporción de capital a financiamiento (1x 10) fue replicado como objetivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a partir del último año de la administración de Trump. Tal cambio crediticio del BID fue resultado del presidente entrante propuesto por Trump para esa institución. Lo que ha posibilitado una profunda reorganización y gran oportunidad para un amplio financiamiento de nuestro país, que una vez más no se ha aprovechado por México, aun cuando casi detenta -es dueño como aportador- el 8% del capital del BID. Es decir, México es socio del BID y también tiene derecho a los beneficios”.
“El Banco de Desarrollo de Norteamérica (NadBank), creado en 1994 como banco binacional entre México y USA, a raíz del Tratado de Libre Comercio (TLC), localizado en San Antonio Texas, es un caso más del potencial de financiamiento al que puede tener acceso nuestro país. El NadBank, después de varios años de negociaciones perfiladas en la administración del presidente Trump, recientemente vio incrementado su capital. Con ello se tiene ahora una nueva y enorme oportunidad para México, que detenta el 50% del capital de ese banco, para expandir el financiamiento para el desarrollo de proyectos de carácter verde o sustentable, y específicamente para la infraestructura, energía, agua y contra la contaminación”.
“Aunque sea ocioso considerar las oportunidades del pasado, porque el tiempo no regresa, toca ahora al país enfrentar una consolidación fiscal, que esencialmente será una fuerte austeridad, no imaginada hace seis años. Su equivalente relativa, anunciada ya en Francia, ha asumido al país galo en un depresión existencial y ciudadana de un futuro de menor crecimiento no esperado ni deseado. Por ello es factible decir positivamente que ante la consolidación fiscal futura, el financiamiento es una oportunidad valedera y alternativa vigente para México”.
“Finalmente, a guisa de ejemplo de la ‘racionalidad financiera nacional’, durante la pandemia Banxico abrió una facilidad por 750 mil millones de pesos para apoyar la liquidez y el financiamiento de la banca privada y de desarrollo; monto que mayormente no se usó. Ello fue el resultado de la falta de capacidad de diseño y operación financiera, así como de entendimiento de su significado en relación a la deuda pública y las reservas monetaria, particularmente a nivel de las oficinas presidenciales. Cuando simplemente tal facilidad era intercambio de obligaciones financieras respaldadas básicamente por los préstamos ya otorgados por la banca privada y de desarrollo”.
“En México, no hay una oficina pública que oriente a los empresarios, al sector social, a los productores, sus pasos de destino y trámite hacia posibles instancias de financiamiento, tanto nacionales como de fondeo y cooperación con países extranjeros. Ahora que ya se siente la escasez severa de recursos presupuestales, la instrucción es que las instancias burocráticas federales, particularmente ocupadas de la política social, acudan, sin ton ni son, a organizaciones internacionales para solicitar apoyos financieros. Ello con el riesgo del desorden administrativo que se puede crear y de los posibles riesgos financieros que se buscan financiar. Ordenar y modificar la apetencia por recursos presupuestales después de la abundancia y el desorden prevaleciente puede llevar lustros. Ojalá las autoridades de la SHCP y de Relaciones Exteriores lo comprendan”.
“Las oportunidades de financiamiento externo para el sector privado y social no se han usado plenamente por México en muchos años. Hoy, ante la astringencia presupuestal por la consolidación fiscal que limita severamente el endeudamiento público, la pregunta es si habremos de entender que sin financiamiento no se crece ¿Entenderemos que debemos definir proyectos rentables privados y sociales o aún público-privados? Que es necesario innovar en el sector público en materia financiera? Pobre de México! Desperdicia sus recursos presupuestales y obvia sus oportunidades de financiamiento para el crecimiento”.
“Esperemos hagamos el futuro con visión promisoria y de progreso. Pasar de una cultura “presupuestívora”, decía un viejo cómico mexicano, a una cultura financiera ordenada y racional puede llevar años. Continuar en la misma carretera por la que hemos transitado en los últimos cincuenta años es imposible que dé resultados diferentes. Esperemos que ahora sí aprovechemos las oportunidades y facilidades de financiamiento que Trump pueda facilitar de nuevo en aras del crecimiento y progreso de México”.
Joan Rega Ph.D. |
