En conferencia de prensa desde su búnker partidista (del que no sale porque le da el Sol o se moja con la lluvia, según se quejan reporteros de la fuente azul), a Federico Salomón solo le faltó llorar al calificar de de “lamentable” la decisión de Josué Sánchez Aguilar, de abandonar al PAN -partido que lo llevó al poder- y pasarse a las filas de MORENA.
La incógnita es, ¿“Lamentable” para quién? Pues se dice que Josué se enojó porque el PAN le ofreció todo el apoyo para su campaña y no le cumplió. Se sabe que él tuvo que empeñar propiedades familiares y quedar endeudado por los gastos de campaña. Lo dejaron como el que chifló en la loma, solito con todo el paquete. Lo único que le dijeron fue “A ver cómo le haces, pero en los primeros meses lo recuperarás”.
Federico Salomón Molina hizo plañidera pública porque Josué “ya no contesta ni el teléfono”. El problema, dio a entender Federico, es que ahora tienen que estar haciendo lo necesario y concientizando a otros alcaldes electos por el PAN para que se mantengan en el Partido.
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