1. Todo parece indicar que no se considera que el ingreso-gasto es “de los hogares”, por lo que el gasto puede reflejar, aunque sea marginal, un creciente endeudamiento real para atender las necesidades de la familia;
2. El ingreso de la población, siendo creciente, no se contrasta con el volumen de las personas con carencias sociales, especialmente de salud. Por lo que el mayor número de personas en carencias sociales pueden estar paliándolas con endeudamientos de la familia y ventas de bienes de todo tipo o bajo el concepto de familia ampliada: tíos, primos, etc;
3. Pareciera que en la explicación del aumento de los ingresos de los hogares no se estima el peso creciente que han tenido las remesas;
4. Es obvio que solo creciendo puede mejorarse sosteniblemente el ingreso de las familias y saludablemente las finanzas públicas, incluida la sostenibilidad de la deuda, sin afectar programas sociales de atención directa de servicios.
Considérese, así, que de 2018 a 2025 la deuda pública federal total se estima habrá aumentado nominalmente del orden de 90% (SHCP), habiendo sido el crecimiento promedio anual de 0.8% (Banco Base) en el periodo 2019-24; frente a 38.4 millones de mexicanos en pobreza en 2024 y 80 millones con una carencia social (INEGI).
Esa es la dimensión de la pobreza en México con un crecimiento económico raquítico y estancado secularmente.
Lo anterior es una perla económica de Joan Rega. |