La respuesta no está en blanco o negro.
Por un lado, los bonos son, por definición, un extra, no una obligación legal. No estamos hablando de una “tienda de raya”, como algunos se atrevieron a insinuar. El sueldo, el aguinaldo y las primas vacacionales se entregan como se debe, mientras que el famoso bono es, a su modo, algo que no es forzoso.
Sin embargo, es totalmente legítimo que los trabajadores se sientan, digamos, un poco “estafados” cuando tradicionalmente han recibido su bono en efectivo. En estas épocas de compras y gastos, por supuesto que planifican su presupuesto, ¿A quién no le gusta tener recursos a la mano para enfrentar los compromisos de fin de año?
Afortunadamente, la gobernadora Nahle tomó el control de la situación a tiempo y, con su característico pragmatismo, solucionó el enredo.
Desde el lunes, aquellos que deseen disponer de su dinero en efectivo pueden hacerlo, mientras que los que prefieran realizar sus compras en las tiendas de autoservicio designadas también podrán disfrutar de esa “gran oportunidad”.
Eso sí, no hay que apresurarse a pensar que esto fue producto de una ocurrencia improvisada. Los lineamientos para la entrega de esta medida de fin de año, dentro del ejercicio fiscal 2025, se basan en el uso de monederos electrónicos aprobados por el Servicio de Administración Tributaria. Así que, tranquilos: nada de engaños ni triquiñuelas. La ley lo permite y así se ejecutó.
Rocío Nahle aseguró con aplomo: “Vamos a resolverlo; es una parte que las y los trabajadores esperan todo el año y vamos a respetarles su prestación”.
¡Y así, suenan las campanas! Ahora sí, ¡todos listos para a disfrutar de las vacaciones con sus tarjetas prepagadas! |