Con el final de la Eurocopa, las miradas se dirigen ya al Mundial-2018 que organizará Rusia, un país que en el torneo en Francia dio mucho que hablar por la actitud violenta de sus hinchas, aunque sus autoridades tratan de tranquilizar al mundo del fútbol. \"Haremos todo para que los equipos y los aficionados se sientan bien y seguros\", declaró esta semana el ministro ruso de Deportes Vitali Moutko, que además es presidente de la Federación Rusa de Fútbol (RFS) y del Comité de Organización del Mundial-2018. Pese a estas palabras, Rusia recibió un aluvión de críticas tras los violentos enfrentamientos del 11 de junio en Marsella entre seguidores rusos e ingleses al margen del partido de la fase de grupos que enfrentó a ambos países y que se saldaron con 35 heridos, la mayoría británicos, dos de ellos en estado grave. Mientras que la policía alemana había avisado a la francesa de 2.500 hinchas potencialmente violentos o que las autoridades inglesas retiraron el pasaporte a 2.000 \'hooligans\' que tienen prohibido el acceso a los estadios, Rusia solo había facilitado una treintena de nombres de aficionados problemáticos. \"En los últimos meses hemos aprobado una ley que introduce penas más severas para los causantes de disturbios en los estadios\", aseguró Moutko en una conferencia de prensa al lado de la secretaria general de la FIFA, Fatma Samoura. Con varios años de retraso con respecto a otros países europeos, los diputados rusos votaron una ley en noviembre de 2014 que permite la prohibición de acceso a los estadios de los hooligans. Esta semana, el presidente ruso ha firmado incluso una enmienda que permitirá publicar el nombre de los hinchas violentos en la web del ministerio del Interior. También hace obligatorio presentar un documento de identidad para asistir a los partidos. La ley castiga con penas de hasta siete años de prisión a los violentos, que aumenta a ocho si los hinchas son detenidos en posesión de bengalas o petardos. - Lecciones para 2018 - \"Hemos observado y aprendido de la Eurocopa-2016. Estas lecciones se aplicarán en Rusia, pero también el futuro para otros eventos donde existe un riesgo\", declaró Samoura. Otro anuncio con el que se pretende tranquilizar a la FIFA: Vladimir Putin promulgó el jueves un decreto por el que se crea un cuartel general dedicado a la seguridad de la Copa del Mundo de 2018, del que serán responsables los servicios secretos (FSB). El 3 de julio, 14 países europeos, entre ellos Rusia, firmaron un convenio con el Consejo de Europa que tiene como objetivo reforzar la cooperación internacional y, especialmente, impedir a los hooligans salir de sus respectivos países. Incluso el polémico presidente de la Asociación de Aficionados Rusos Alexandre Chpryguine, expulsado dos veces de Francia por su participación en los incidentes de Marsella, se felicitó por la firma de este convenio \"que demuestra que Rusia sigue las normas europeas en materia de prevención de la violencia y de los desbordamientos\", dijo a la agencia rusa TASS. \"Ingleses, franceses, polacos, ¡venid a Rusia! Queremos demostrar que somos un país acogedor y que somos gente normal\", declaró tras su segunda expulsión de Francia, donde fue detenido por \"alteración del orden público\". Esta semana, el presidente ruso promulgó una ley que exime de visados durante el torneo (del 14 de junio al 15 de julio de 2018) a los visitantes extranjeros que posean una entrada para uno de los encuentros del Mundial. Al tiempo que los aficionados y las autoridades rusas criticaron la acción de la policía francesa, que según ellos tardó mucho en intervenir en los incidentes de Marsella, los antidisturbios rusos tienen otra reputación. \"Eso nunca había pasado en Rusia\", declaró Chpryguine a su regreso de Francia. \"Todo será más fácil con los hinchas\" en el Mundial-2018, predijo el diario Sovietski Sport. \"Los extranjeros alborotadores se lo pensarán dos veces antes de venir a un país en el que podrían acabar en Siberia\".
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