El nuevo delantero del Carolina Railhawks, Omar Bravo, reveló las cuestiones que lo hicieron tomar la decisión de salir de Chivas e irse a jugar a la NASL en los Estados Unidos, donde ya debutó la noche de ayer en el encuentro amistoso ante el West Ham United de Inglaterra. Admitió sentir tristeza por no irse como hubiera querido, y también reconoció no tener relación con José Luis Higuera, CEO de Omnilife-Chivas y brazo derecho de Jorge Vergara. “No es fácil, porque estás en un equipo sumamente popular y muy mediático donde se filtran cualquier tipo de situaciones que no convienen nunca a un grupo ni a cualquier entrenador; somos futbolistas y siempre tenemos que salir a dar lo mejor en la cancha, independientemente de quién sea el entrenador. Como delantero, siempre serás juzgado por goles, hay que saber vivir con eso: no hubo punto de quiebra ni nada, se intentaba desestabilizar al vestidor, pero el vestidor se mantuvo fuerte y unido”, señaló. Lamentó que muchos de sus compañeros se tuvieran que enterar de su salida del Guadalajara, el domingo en el vestidor, de última hora. Inclusive no tuvo oportunidad de despedirse de mucha gente que trabaja en el club, en la ciudad de Guadalajara. “Sí me da la tristeza por cómo se da mi cambio, quizá no lo expresé a muchas personas en Chivas por una situación de confidencialidad. El domingo, muchos compañeros del equipo aún no sabían que me iba, pero desde hace mucho tiempo trato de escuchar mi voz interior y tomar las mejores decisiones aunque eso implique no escuchar opiniones”, agregó. Reconoció cómo era su relación con José Luis Higuera, dirigente que ha tomado un peso importante en la toma de decisiones en el equipo.
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