El informe de la OMM destaca también más fenómenos climáticos extremos: sequías severas en Australia, Brasil, África Oriental y África Meridional. La OMM calcula que en Somalia hubo 258.000 muertes más de las normales por la sequía y que 18 millones de personas precisaron ayuda urgente para sobrevivir. Algunas sequías han ido acompañadas además de violentos incendios forestales en Asia y Pacífico occidental. Y ha habido olas de calor en Australia, China, India, Pakistán y Europa. España sufrió en 2015 la ola de calor más prolongada. Sin olvidar que ha habido también grandes inundaciones, repentinas y destructoras crecidas de ríos y frío extremo, como el sufrido en Europa en febrero de 2012.
¿Aún hay quien niegue que al cambio climático es una amenaza real muy grave?
España será uno de los países más afectados por el aumento de temperaturas y la desertización, además de sufrir fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes. Pero parece que no pasa nada, porque el Gobierno de España no reacciona ni toma medida alguna para afrontar la amenaza. Es más, su irresponsable omisión ha provocado el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero: 3,2% en 2015 respecto a 2014 y ya son 18% más respecto a 1990. Pero no solo en España. La Conferencia de Cambio Climático-COP22 de Marrakech certifica más récords de temperaturas extremas y más dióxido de carbono en la atmósfera.
El Acuerdo de París contra el cambio climático entró en vigor el 4 de noviembre. Es el marco internacional donde los Estados asumen el compromiso colectivo para frenar el calentamiento global a largo plazo por debajo de los 2ºC. La mala noticia es que el Acuerdo no concreta medidas para lograrlo. Cada Estado decide qué hacer en su territorio. O no. ¿Aporta el C0OP22 de Marrakech medidas para frenar el calentamiento global?
El principal problema para reducir los gases de efecto invernadero es el enorme poder del sector energético de combustibles de origen fósil (carbón, gas y petróleo), emisores de esos gases. Poder que frena los planes de reducción de gases, porque toca sus beneficios. Pero el dilema es diáfano. O se neutraliza al sector de combustibles fósiles y se cambia el modelo energético por otro de energías no contaminantes o la Tierra va al desastre. El problema se ha agravado con la elección del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negacionista del cambio climático, que piensa retirar a su país de los acuerdos internacionales contra el calentamiento del planeta. Y eso tendría consecuencias muy graves.
Lo cierto es que, según aumenta la temperatura global, las consecuencias son peores para mucha población del planeta. De no frenarse la temperatura global, por ejemplo, las lluvias serán más irregulares y erráticas. Y disminuirá la producción de alimentos. Si aumenta la temperatura global, aumentará el hambre. Y las muertes.
Hay que actuar con energía contra el calentamiento global. Nos va la vida en la Tierra.
Xavier Caño Tamayo
Periodista, miembro de ATTAC
Twitter: @xcanotamayo
(Centro de Colaboraciones Solidarias) |