Aunque no se reportan afectaciones mayores tras el sismo de 7.1 grados Richter, en la región de Orizaba hay planteles escolares con daños y derrumbes en cerros.
El movimiento telúrico provocó temor entre la población, la cual, apenas un par de horas después de haber participado en un simulacro, se enfrentó a la realidad de un fuerte temblor.
En el centro de la ciudad, la gente abandonó edificios para salir a las calles, en donde permanecieron en plena carretera, ya que los vehículos también se detuvieron por la intensidad del sismo, mientras postes y árboles se inclinaban y las vidrieras de establecimientos parecían a punto de estallar.
El Instituto Tecnológico de Orizaba (ITO), con una antigüedad de 60 años, es de los que más problemas presenta, con grietas en techos y paredes y losetas desprendidas.
En algunos casos, al parecer los maestros abandonaron los planteles en su totalidad, como fue el del CETIS 146 de Río Blanco, pues los vigilantes hicieron salir a los jóvenes que habían llegado para el turno vespertino, mientras que a los que iban llegando les decían que no había maestros ni pensaban que llegaran luego del sismo.
Mientras que los jóvenes optaban por retirarse la mayoría, otros esperaron a que sus padres fueran por ellos.
Algunos cerros, como el de Maltrata, presentaron derrumbes a consecuencia del temblor, lo que en este caso particular afectó la vialidad en la autopista Puebla-Córdoba, ya que montones de tierra quedaron sobre esa vía, por lo que se alertó para conducir con precaución.
En el Colegio Preparatorio Orizabeño se tuvo que presentar una ambulancia de la Cruz Roja y los paramédicos atendieron a dos jóvenes, de las cuales se desconocía si habían resultados lesionadas producto del sismo o al intentar salir del plantel.
Finalmente sólo una alumna fue atendida por esguince en un tobillo luego de que al salir por el temblor se lastimara. |