Benítez González señaló que en este escenario de tanta violencia y crímenes que han ocurrido en el actual proceso electoral en el país y en las últimas horas, también candidatas a diversos cargos de elección popular han sido agredidas, tres de éstas, del partido Nueva Alianza, han sido objeto de violencia política de género, pero esa violencia ha traspasado a la violencia de facto, al dañar los bienes de una de ellas.
Mencionó que con base en el Informe de Violencia Política en México 2018, de la consultora Etellekt, desde el inicio del proceso electoral en septiembre pasado hasta el 2 de junio, se habían producido 382 agresiones contra políticos, entre ellos los 110 asesinatos.
Dicho informe que retoman diversos medios de comunicación, define que la violencia se expande a nivel municipal abarcando un total de 252 municipios del país (más del 10 por ciento del total).
“Lo que convierte a esta campaña electoral en la más violenta en la historia de México”, según se ha venido difundiendo en las últimas horas.
Recordó que en febrero de este mismo año, el presidente del Consejo General del INE, Lorenzo Córdova, firmó un Convenio de colaboración con Facebook para la generación de contenidos en torno a las elecciones 2018 y con ello, contrarrestar la información falsa, lo cual calificó de inédito.
En aquel momento, sostuvo que ese había sido el primero de muchos acuerdos que se generarían con las diversas redes sociales que existen y que son usadas por miles de millones de usuarios y por las que lamentablemente también se genera violencia política y violencia política de género.
"Como representante ciudadano es mi obligación referir que entre los asesinados que aspiraban a cargos electorales hay desde precandidatos, a candidatos, alcaldes, exalcaldes, regidores, militantes, dirigentes partidistas, exregidores, diputados, síndicos y exsíndicos", condenó.
La UNESCO define el discurso de odio en la red como aquel que enfrenta a grupos de individuos mediante un lenguaje amenazante. Sería el antidiscurso que cancela la posibilidad de entendimiento con los otros, que favorece la discriminación y enaltece la violencia.
Es también esquivo, anónimo y su carácter transnacional complica su regulación. Es un tipo de afrenta de nuestra contemporaneidad, facilitada, paradójicamente, por las redes sociales digitales, y constituye uno de los temas que más preocupan a la comunidad internacional.
"Así como hay quienes usan la red para promover causas justas, también hay quienes las usan para dispersar la vileza humana. Así pues, el problema no es únicamente tecnológico, sino político y cívico. Es multidimensional y, por tanto, acabar con él requiere de la convicción y acción de diferentes actores, resalta la investigación", citó Benítez. |