Vínculos muy estrechos, sea por la proximidad geográfica, sea por la relación comercial, por la conjunción de razas, por ser tránsito migratorio, por mantenernos en un permanente ojo de huracán ante las crisis migratorias recrudecidas en los últimos años.
El punto es que estamos ahí, amarrados a la historia en ocasiones con desencuentros y amenazas o por una relación bilateral forzada.
Hoy, a querer o no la diversidad cultural existe por la vecindad.
México y Estados Unidos están profundamente enlazados, enraizados. Estados Unidos es el socio económico más importante de México, una fuente vital de comercio e ingresos para el país, poderosa con altos beneficios para México.
Por citar un ejemplo, en tan solo los últimos siete meses de lo que va del año la migración mexicana avecindada en el país citado, envió más de 32 mil millones de dólares [1], vía remesas, que si bien alivian la economía nacional está muy lejos de ser considerada parte de los logros de nuestro país.
Por el contrario, la realidad apunta que el oxígeno americano no es más que reflejo del esfuerzo de nuestros connacionales es, a no dudar.
El saldo de la falta de empleos y las inadecuadas políticas públicas del gobierno todo ello salpicado por la inseguridad crispada por la embestida del crimen organizado a la población abierta.
Hoy los Carteles han transitado del trasiego al cobro de piso, al huachicoleo, al secuestro, a la apertura de las nuevas rutas del Fentanillo y el control de la migración ilegal. Los negocios y giros negros dejaron de ventilarse fuera del país y la nueva plaza paradójicamente de estas hordas es el propio territorio nacional.
Sí seguimos sumando a la titubeante relación México – Estados Unidos, la falta de respeto de México al tratado T-Mec y ese desagradable, coqueteo de México con Cuba, también lo es.
Lo anterior ha contribuido asimismo al deterioro de la “buena” relación bilateral ciertos comentarios, acaso burlas como el “¡Uy, que miedo!” que poco abonan a una relación llevadera entre el país más poderoso del mundo occidental y el nuestro.
Esta relación, a lo largo de los años ha estado salpicada de contrastes.
Hoy el reto es caminar a un nuevo estadio de relaciones considerando que a los 3,200 kilómetros de frontera se suman 30 millones de México-americanos, que unen a las dos naciones étnica y culturalmente.
#SumandoEnPositivo, porque no podemos olvidar el pasado que nos liga, si debemos de aprender de los errores propios e intentar comprender las dificultades, para no estancarnos.
Yo soy Yolanda O, abogada; preocupada por los derechos humanos; en busca de que todos podamos entender temas complejos de una manera simple.
[1] Banxico |