No hay nada.
Lo único que hay son descalificaciones a los gobiernos anteriores que ya nos sabemos de memoria. Pero nada, ni media palabra, sobre un plan para sacar a Veracruz del atascadero.
Gran parte de esos 100 días Cuitláhuac García se la pasó en pleito con el fiscal general Jorge Winckler; pleito al que se unieron el secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros y los diputados de Morena. Y no pudieron tumbarlo.
Si esto dejó en ridículo a Eric y a los legisladores es lo de menos. Lo sustantivo es que dejó muy mal parado y desgastado al gobernador que parece no darse cuenta, porque sigue embroncado con el fiscal en lugar de coordinarse entre ambos para bajar los índices de inseguridad.
Sí sí sí, de sobra se sabe que Winckler es más yunista que Miguel Ángel Yunes; pero es el fiscal y mientras no lo destituyan, lo menos que debe hacer el gobernador es pactar una tregua y tratar de solucionar juntos la pandemia de la violencia.
Y es que no puede ser que en apenas 100 días la entidad sea más violenta que con Yunes y Duarte.
Si a esto le agregamos los cientos de burócratas despedidos, el descarado y cínico nepotismo de algunos funcionarios públicos, el cierre de empresas, la cancelación de programas asistenciales, el desamparo en que sobreviven los que menos tienen, la brutal deuda estatal y otras barbaridades, ¿qué le espera a Veracruz?
Elías Moreno Brizuela que ya fue legislador, se ha postulado para casi todo puesto de elección popular y ahora capitanea el Frente por la Cuarta Transformación, dijo que esos temas debe tratarlos Cuitláhuac García en sus primeros 100 días de gobierno.
Agregó que una de las iniciativas que propone el Frente que encabeza, es la revocación del mandato tanto del gobernador como de los alcaldes porque “si el pueblo los pone, tiene derecho a quitarlos”.
No creo que prospere la revocación del mandato de Cuitláhuac, pero con más de 50 feminicidios en 100 días, con ejecuciones un día sí y otro también lo mismo que secuestros, robos y asaltos, con una ciudadanía indefensa, frustrada y colérica, Veracruz podría estar muy cercano al estallido social.
El linchamiento y atroz incineración de seis presuntos secuestradores en Soledad de Atzompa fue un aviso que no debe soslayarse.
El problema es que el señor gobernador anda en otro canal y no parece darse cuenta.
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