Lo que sucede en Villahermosa donde miles de mexicanos hacen fila durante horas para presentar su currículum y ser considerados en la Bolsa de Trabajo de la construcción de la refinería del Puerto de Dos Bocas, evidencia tres espeluznantes realidades:
1) Que el desempleo en el país es enorme e imposible de calcular con veracidad. Cuatro kilómetros de mexicanos desempleados, profesionistas universitarios y especialistas en cualquier cantidad de oficios de la construcción como albañiles, soldadores, paileros, electricistas y plomeros, entre otros, jugándose la vida por un puesto de trabajo en la construcción de la refinería petrolera de Dos Bocas en la que hasta hoy se ofrecen unos 20 mil empleos. Jóvenes, adultos, mujeres y hasta ancianos experimentados que han sido expulsados de unidades de producción nacional buscan un acomodo que les permita vivir y mantener a sus familias.
2) Que por comentarios de los propios trabajadores se ha conocido el gran sometimiento que sufre la clase trabajadora por parte de sus ‘lideres’ que viven a sus costillas y les cobran por trabajar.
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