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UN DÍA LA GLORIA, OTRO EL INFIERNO. EL SÍNDROME DEL 'QUEDABIEN'

De la columna "Figuras y figurones"

El síndrome del "Quedabien" (imagen publicada en Libertad Bajo Palabra) / Imagen tomada de Internet
Francisco Licona
2019-07-30  
16:05

En caso de no comparecer, los ex funcionarios yunistas van a ir a dar con todos sus huesitos a Pacho Viejo, pues si no pudieron solventar el sinnúmero de observaciones en el tiempo reglamentario es porque sencillamente no tienen forma de hacerlo. 


¿Y no que muy honestos? ¿Y no que eran diferentes a Duarte? ¡N’ombre! ¡Ni a cuál irle! Y por lo que se ve, muchos de los actuales funcionarios pronto estarán en las mismas, quizá no por deshonestos sino por ni siquiera están enterados del polvorín en el que están sentados, pues muchos no conocen ni la O por lo redondo. 


Para ilustrar lo anterior permítame el amable lector recordar un caso paradigmático sucedido hace algunos años en la extinta Secretaría de Pesca: Al llegar el carmelita Fernando Rafful Miguel como titular a la Secretaría de Pesca, de inmediato convirtió a esa secretaría en un hotel de campechanos y carmelitas; nombró en puestos de primera, segunda y tercera línea primero a Carmelitas (nativos de Ciudad del Carmen, Campeche) y después a Campechanos, (originarios del resto de Campeche); le dio cabida a cuanto paisano conocía y también a los que no, con tal de ser conocido por alguno de los ya acomodados; La emigración de carmelitas y campechanos a la Ciudad de México fue tan grande y notoria, y la permanencia de Rafful en su Estado tan constante, que muchos hablaron de una virtual desconcentración de la SEPESCA a Ciudad del Carmen (pues desde ahí se dirigía la pesca nacional). Rafful Miguel no dejó espacios vacíos, también maniobró para que al Sindicato Nacional de Trabajadores de Pesca llegaran, obvio, campechanos a los principales cargos y liderazgos. Todo en un enfermizo síndrome de “quedabien”. 


Sin embargo, habría que considerar qué fue lo que le pasó al final al carmelita Fernando Rafful Miguel cuando tuvo que dejar el cargo: muchos de los que él incorporó fueron despedidos de sus cargos y tuvieron que cargar con demandas y denuncias, puesto que la mayoría de ellos no reunía los perfiles para lo que fueron contratados ni tenían conocimiento de la materia ni de la administración en sí o de la aplicación de las normas pesqueras. 


Desafortunadamente, ese síndrome de “quedabien” parece estar sucediendo, aunque calladamente y a menor nivel, en el gobierno estatal de Veracruz, aunque no con paisanos sino con los correligionarios del Partido de Morena. 


El ejemplo lo tuvimos -y muy claro- en el gobierno anterior de Yunes Linares, que sin equipo capacitado jaló a una enorme cantidad de boqueños quizá con experiencia administrativa municipal, pero nula experiencia en el manejo de reglamentos y leyes estatales que son de ligas mayores. Tal vez por eso hoy se encuentran huyendo y viviendo a salto de mata, sin poder justificar la enorme cantidad de millonarios desvíos que quizá ni se robaron, pero que no supieron aplicar conforme a la normatividad. 


Ese síndrome de “quedabien” ha llevado a la ruina a más de un bienintencionado político. Llevó al traste el gobierno de Yunes Linares y frustró la elección de su hijo Yunes Márquez. Ahora, sólo queda la duda en el aire de si ese síndrome de “quedabien” con los Morenos le redituará a Cuitláhuac García Jiménez, o eventualmente también lo llevará a la ruina política. 


@frlicona

 
 
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