Para la clase política veracruzana, de partidos opositores a Morena, el primer informe de gobierno de Cuitláhuac García Jiménez puede ser el primero de solo dos, mientras que para sus colaboradores, bien enchufados en las nóminas del erario estatal, es el primero de seis y hasta le ponen una lana para apostar a que permanecerá el sexenio completo y que entregará un estado distinto al que encontró hace un año que tomó las riendas de este alicaído y saqueado territorio.
Y, bueno, los veracruzanos en general deseamos que así sea, que Cuitláhuac García Jiménez haga un gobierno ejemplar para llegar al 2024 viviendo en condiciones completamente distintas a las actuales.
Para su primer informe de gobierno, Cuitláhuac no tiene mucho con qué convencer a los veracruzanos de sus habilidades como político ni de contar con un equipo eficiente, es más, las promesas que hizo en campaña se fueron al bote de la basura; del decálogo de buenas intenciones otros compañeros periodistas ya se hicieron cargo de recordarlo y demostrar que no se pudo cumplir y ahí queda para el recuerdo y como abono para los adversarios del morenismo que se frotan las manos ante cada pifia que cometen los funcionarios.
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Dicen que nunca es tarde mientras haya tiempo, y Cuitláhuac lo tiene para componer el rumbo. Un año y medio que lleva después de haber ganado la elección, es tiempo más que suficiente para tomar conciencia de la importancia del cargo, de las responsabilidades que adquirió y de las consecuencias que tendrá que enfrentar si no las cumple. Por eso nosotros le deseamos lo mejor, amparados en la gastada frase que justifica el deseo: si le va bien a él, le irá bien a todos los veracruzanos.
El despliegue publicitario que se hizo para este evento, de ninguna manera justifica ni la austeridad que pregonan los morenistas ni lo que dirá en su informe el gobernante. La lista de logros debe ser muy reducida, ya ha pedido perdón a todos los agraviados por las administraciones anteriores (pensionados y familiares de desaparecidos), ya prometió desaparecer del escenario la impunidad para que ningún crimen quede sin ser investigado ni castigado, ya entregó plazas a docentes que estaban en la lista de espera desde hace tiempo con lo que hizo justicia digna de aplaudir, y en fin, ya hizo cosas que tienen que ver con el sentido social, pero las grandes obras, los grandes proyectos, los grandes logros, esos todavía están pendientes, y de esos anuncios se nutrirá el primer informe.
Salvo la administración de los recursos públicos a cargo de la Secretaría de Finanzas y Planeación, que ha sido bastante exitosa gracias a la presencia de un equipo de jóvenes colaboradores que han mostrado experiencia y habilidad, encabezados por José Luis Lima Franco; los logros en materia de reorganización del sector educativo, por cuenta del secretario Zenyazen Escobar y su equipo, así como el buen manejo de la administración del Instituto de Pensiones del Estado, gracias a la experiencia y sentido de responsabilidad de su titular Daniela Griego Ceballos, lo demás queda a deber: seguridad pública, justicia, salud, turismo, desarrollo económico…. Y más, que pueden mejorar si se aplican los que están o, mejor, si se reestructura el gabinete. Esperemos que el año entrante tengamos abundantes noticias buenas que dar del segundo informe de gobierno.
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