En Veracruz hay memoria y acá se conocen los detalles de aquel otro acto de traición atribuido a esa dupla de tocayos (Osorio y Yunes Linares) contra quien los formó en la vida política nacional y les dio las herramientas para hacerse de las fortunas que hoy disfrutan: Elba Esther Gordillo.
Llama la atención que el reencuentro de Miguel Ángel Osorio Chong con los veracruzanos se haya dado justo en el informe de labores de otro exgobernador de esta entidad, Dante Delgado Rannauro, uno más de los que fueron traicionados y enviados a la cárcel por Miguel Ángel Yunes Linares.
Es cierto. Cada vez queda más firme aquella frase atribuida por algunos al escritor Carlos Fuentes: “La política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos”, pero en Veracruz se ha llevado esa teoría al nivel de la ignomonia.
Nadie esperaba, por supuesto, que Osorio Chong llegara a Veracruz a admitir que pactó con su amigo, el candidato panista, la caída del PRI en la entidad. Como marido infiel, lo negará siempre aunque lo sorprendan con los pantalones en los tobillos.
La actitud de Miguel Ángel Osorio explica con claridad la razón del desmoronamiento del PRI: La lucha por el Poder, la ambición desmedida y la traición como estrategia cotidiana, fueron los ingredientes con los que elaboraron el veneno que aniquiló a ese partido.
filivargas@gmail.com |