Sin embargo, para aquellos que se aferran al optimismo del Presidente Andrés Manuel López Obrador, es pertinente hacer notar que estas cifras en lugar de preocuparlo lo llenaron de ánimo.
“Hoy quiero decirles que el Inegi da a conocer el porcentaje de caída de la economía de México en el trimestre, enero, febrero, marzo. Algunos pronosticaron de que iba a ser mayor la caída y afortunadamente no fue así, 1.6 (por ciento) con relación al trimestre anterior, es decir, octubre, noviembre, diciembre del año pasado, 1.6. Hay otro dato que también lo considero bueno. Les hablaba de la recaudación en los cuatro meses de este año hasta abril, en este caso no es trimestre, sino un cuatrimestre. Estamos arriba en recaudación en términos reales”.
Pero bien dicen que las malas noticias no llegan solas.
Petróleos Mexicanos (Pemex), la llave mágica con la que López Obrador pretende solucionar los principales problemas del país, tuvo una pérdida neta de 562 mil 250 millones de pesos en el primer trimestre del 2020, monto que por sí solo es superior a ¡todo lo que perdió Pemex en el 2019!
Debido a la caída en las ventas y al factor cambiario del peso frente al dólar, los ingresos de la compañía petrolera se redujeron en 20.3% en un año, luego de que de enero a marzo del año pasado Pemex reportó ventas por 356 mil 251 millones de pesos, mientras que en el mismo periodo de este año sus ingresos fueron de 284 mil 110 millones de pesos.
Las principales razones para explicar esta crítica situación de la compañía petrolera, son la caída del precio de la mezcla mexicana de exportación, menores precios de referencia de gasolinas y diésel, y la disminución en volúmenes de ventas nacionales y de exportación provocados por las medidas de confinamiento para reducir el impacto de la pandemia del Covid-19.
Las pérdidas fueron ¡16 veces! superiores a las registradas en el mismo periodo de 2019, cuando perdió 35 mil 719 millones de pesos.
Como consecuencia de este escenario tan negativo, el banco de inversión JP Morgan modificó su estimación de contracción económica de México para el presente año a 8.4%.
Esta expectativa se da por los datos preliminares del PIB los cuales señalan una contracción de 2.4% anual en el primer trimestre del año, lo que augura una tasa negativa aún mayor en el segundo trimestre.
“La gran caída implícita que hubo en marzo tuvo lugar cuando la mayoría de las restricciones de movilidad y confinamiento no estaban vigentes, por lo que es probable que en abril el dato sea bastante grave”, explicó JP Morgan.
Por ello, prevé que en el segundo trimestre del año la economía registre una contracción de 40%, con un repunte hacia el tercer trimestre; sin embargo, espera que el PIB se mantenga por debajo de su trayectoria previa a la crisis.
El banco explicó que la respuesta fiscal por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador “ha sido muy limitada”, lo que puede dañar a la economía del país. Además, está latente el riesgo de que la falta de liquidez de las empresas se convierta en insolvencia, lo que a su vez aumentaría sustancialmente el desempleo.
Otro riesgo –advierte- es que parece haber un estancamiento en la relación entre el gobierno y el sector privado.
Sentirnos optimistas porque “no nos fue tan mal como algunos auguraban”, no parece ser la mejor fórmula en momentos en los que las familias mexicanas están con la angustia de que quizá al final del confinamiento reciban la noticia de que ya no tienen empleo.
El virus nos mata de neumonía.
La indolencia del gobierno nos puede matar de hambre.
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