- La curva de aprendizaje –me decía- podrá ser breve, o prolongada, pero al final van a aprender para qué sirve el Poder y cómo utilizarlo a su favor.
Y eso está sucediendo. El coordinador de la bancada de Morena en el Congreso loca, Juan Javier Gómez Cazarín, demostró que aprendió de los descalabros sufridos cuando intentó someter a juicio político al entonces fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, y la mayoría opositora (además de varios miembros de su grupo) le negaron esa posibilidad.
A pesar de que sus dirigentes –nacional y estatal- se manifestaron en contra de la pretención de la bancada de Morena de realizar diversas reformas a la Constitución local, Rodrigo García Escalante (PAN) y Antonio García Reyes (PRI) votaron en el mismo sentido que Morena, mientras que la perredista Brianda Kristel Hernández Topete votó en abstención.
Otros votos opositores que respaldaron la iniciativa de Morena fueron el de Andrea Yunes Yunes (Verde), Alexis Sánchez García (Movimiento Ciudadano) y Gonzalo Guízar Valladares (Partido Encuentro Social).
Con esos, y la totalidad de los votos de Morena (incluida la experredista, recién incorporada a Morena, Florencia Martínez Rivera) el triunfo fue contundente: 34 votos a favor, por 14 en contra.
¿Dónde quedó la operación, el control, la disciplina partidaria, que presumían las dirigencias del PRI, PAN y PRD?
Bastó un chasquido de dedos para que sus diputados agacharan la cabeza y se sometieran a la voluntad de quienes hoy gobiernan Veracruz.
En efecto, los representantes de Morena llegaron sin saber, pero ya están aprendiendo.
Lo que sorprende es que los que sí saben para qué sirve el Poder, se hayan dejado sorprender. Emitieron un comunicado en el que expresaban la postura de sus partidos, dialogaron (o debieron haberlo hecho) con sus representantes en el Congreso local… y aun así no pudieron detener a la aplanadora de Morena.
Llama la atención que uno de los votos que le dio validez al dictamen emitido por la Comisión de Justicia y Puntos Constitucionales (dictamen que fue aprobado sólo con los votos de las dos integrantes de Morena) fue el de la legisladora del Partido Verde, Andrea Yunes Yunes, que así marcó distancia de la postura y las convicciones de su padre, el diputado federal priista Héctor Yunes Landa.
“La democracia más cara es la que se pierde, la que se destruye, la que se secuestra. Eso hizo hoy Morena y su grupo de aliados en Veracruz”, expresó Yunes Landa en un video subido a sus redes sociales. Por supuesto, al referirse a “sus aliados”, sin decir su nombre, hizo alusión a su hija.
“Hoy votaron, ilegalmente, una reforma constitucional que ataca directamente a las oposiciones, recortando los recursos a los que tienen derecho”, dijo y –por supuesto- en ese “votaron ilegalmente” algo le tocó a Andrea.
“Morena y sus aliados quieren menos oposición y menos autoridad que les amarre las manos”, expresó el legislador, una vez más, incluyendo a la doctora, orgullo de su paternidad.
Este no es el grupo de Morena que llegó, visiblemente despistado y dividido, en noviembre del 2018.
Las preguntas ahora son: ¿Así será a partir de ahora? ¿No habrá oposición capaz de detenerlos en el Pleno del Poder Legislativo?
Estamos viviendo, sin duda, una versión del priismo de los ‘70, en el siglo pasado, cuando no existía oposición capaz de frenar las decisiones –muchas veces abusivas, como la de este martes- del partido en el poder.
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