Por ello, se le ha sugerido a la cúpula política que haga un sondeo del grado de empatía que tienen los empleados de base con los titulares de las áreas de trabajo que arribaron durante esta administración, para comprobar que no la hay y que además los rechazan.
Aseguran que se llevarían una desagradable sorpresa al descubrir que a un año y medio de gobierno los detestan no solo por su inexperiencia y soberbia sino también por el retroceso que causan a las instituciones por su nula capacidad para innovar o continuar al menos como estaban antes.
Les preocupa que morenos muchos de ocasión siguen sin la intención de aprender e improvisando con ocurrencias y que ni siquiera han podido ganarse la simpatía de sus empleados incluso para que los ayuden a promover el voto entre sus familiares, vecinos, amigos y conocidos.
No les pasa desapercibido que muchos funcionarios que llegaron por pago de compromisos, tampoco están sumando nada al proyecto de la 4T y que a su llegada no solo despidieron a personal con años de experiencia, a los que se pudieron haber ganado, sino que con el paso de los meses han despedido también a colaboradores que decidieron sumárseles y promover el voto en la pasada campaña.
Tienen detectado que a cambio han estado contratando amigos de la infancia o compañeros de la escuela, priistas, panistas o apartidistas, quienes creen haber sido tomados en cuenta por méritos propios y por lo tanto consideran que no tienen necesidad de “quemarse” promoviendo la causa de Morena o difundiendo el trabajo del presidente y el gobernador.
Morenos fundadores de su partido, activistas que ayudaron a consolidar el movimiento que ganó en 2018 y que fueron ignorados dejándolos fuera del gobierno, pero que se mantienen fieles, reclaman a sus dirigentes por haber tolerado la situación que los puede llevar a la derrota.
Pero no solo en el gobierno. Morenos enviados de la Ciudad de México especialmente para analizar la situación real en Veracruz están preocupados por el pobre nivel de los posibles candidatos que postulan para la elección del próximo año, incluidos diputados locales y federales que intentarán seguir mamando de la ubre en otros cargos.
A estas alturas ya les entró la urgencia de tratar de evitar una catástrofe electoral, pues temen que se repita el caso de los Yunes Linares-Márquez que perdieron la gubernatura en apenas un periodo, por lo que se disponen a hacer una purga para despedir a jefes y los amigos que llevaron pero que no tienen ni sienten ningún compromiso con la 4T.
Igual, buscan con lupa los mejores perfiles para postularlos como candidatos, pero se están llevando un chasco al comprobar que no tienen mucha tela de dónde cortar. Y el tiempo corre. |