Lo que algunos no vieron, o no quisieron ver, es que llevar a la cárcel a uno o más ex presidentes no es enchílame una gorda.
Claro que AMLO pudo haber dicho todo lo contrario y quemar la pólvora en infiernitos políticos que le habrían dado una falsa popularidad que se apagaría en el momento que la Fiscalía le tuviera que decir el vergonzoso ‘usted perdone’. Pero AMLO, zorro como ha demostrado ser, dejó correr la versión del ‘pacto’ en las alturas con Peña, quizá para que no se espantara la paloma.
Hoy es evidente el cerco que el gobierno de la 4T ha ido conformando alrededor de Enrique Peña Nieto, y el que desde los Estados Unidos se le ha ido apretando en el cuello a Felipe Calderón, aún cuando AMLO no ha cambiado su postura de ‘no barrer para atrás’. Pero… las evidencias indican todo lo contrario.
AMLO primero apretó abajo, y lo que no ha podido obtener de Rosario Robles Berlanga, extitular de SEDATU y SEDESOL, parece que le ha caído del cielo con el ofrecimiento de Emilio Lozoya Austin, ex titular de PEMEX, de dar toda la información de los presuntos fraudes en esa dependencia y de los sobornos provenientes de Odebrecht que hasta ahora han sido una simple sospecha de que fueron usados en la campaña política de Peña Nieto.
Lozoya no aguantó ni el primer apretón de los productos de gallina y ahora ya está en México dispuesto a cantar como loro. Lo que hasta ahora se sabe es que su ofrecimiento no sería suficiente aún para llegar hasta Peña Nieto; si acaso sí hasta el ex súper secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Por eso es que AMLO, contra su costumbre ha, ligado la extradición de Lozoya con el tema de la Reforma Energética de Peña Nieto y ahí si, para que vean, es posible que lo atrape y lo lleve a estar tras las rejas con gran probabilidad de vincularlo a juicio.
AMLO y la Fiscalía tienen hoy a su disposición una gran cantidad de cabos que cuando decidan atarlos, podrían causar un gran golpe político del gobierno de la 4T.
¿Qué no se sabe haya cantado Rosario Robles? ¿Qué no habrá confesado ya Juan Collado con relación a lo que sabía Peña Nieto de sus relaciones con el crimen organizado? Collado fue un influyente abogado personal de Peña. ¿Cuánta evidencia tendrá ya la FGR y la SHCP de los bienes de Peña Nieto, así como de los beneficios millonarios que fueron a parar a manos de ‘empresas fantasma’ desde las arcas del Gobierno del Estado de México y del Gobierno Federal?
Todo parece indicar que AMLO no parará hasta llevar a juicio a Peña Nieto o a Felipe Calderón.
La famosa Estafa Maestra, el vergonzoso caso de los 43 jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa, la ‘Casita Blanca’ y tantos y tantos casos más de evidente corrupción y agravios, no pueden pasar a la historia de este país como actos criminales de impunidad.
La esperanza que empujó a millones de votantes para llevar a AMLO a la Presidencia no fue para que hiciera crecer el PIB al 7.5% como ofreció Vicente Fox, sino para que acabara con la corrupción y la impunidad.
Por eso el desenmascaramiento de jueces y el balconeo de legisladores que presuntamente vendieron su voto en favor de reformas peñistas; las prácticas monopólicas de empresas vinculadas a la salud; la presunta infiltración de la delincuencia organizada en el Gobierno; y otras tantas linduras que hoy son del dominio público.
AMLO aún cuenta con el voto duro que lo llevó a la Presidencia, pero una posible Alianza política de oposición pondría en riesgo el que MORENA conservara la mayoría en el Congreso, así que necesita recuperar los votos y popularidad que evidentemente ha perdido. Necesita desenmascarar con pruebas la corrupción de panistas y priistas, necesita peces gordos tras las rejas. Los Duartes, los Collado, las Rosarios Robles son charalitos que no le darán un nuevo triunfo arrollador en las urnas.
Por eso va con todo, y sin decirlo, contra Peña Nieto y Felipe Calderón.
@frlicona | 
