Estoy seguro de que esas actitudes no corresponden a “los lineamientos que marca el propio Instituto y la Operadora de Hoteles Xalapa Chachalacas”.
En su segunda aclaración afirma que “en ningún momento se han organizado fiestas en el Gran Hotel Xalapa, pues éste se encuentra en estricto cumplimiento de todas y cada una de las medidas sanitarias impuestas por las autoridades de salud”.
Al margen de que deja entrever que, de no existir las limitaciones por la contingencia de salud, sí estaría dispuesta a realizar “fiestas” en las instalaciones del hotel, en realidad no rechaza –aunque tampoco confirma- que haya utilizado en varias ocasiones alguna de las villas con las que cuenta ese prestigiado hotel para departir con sus invitados.
Niega “rotunda y categóricamente” que se realicen fiestas “que se prolongan hasta altas horas de la madrugada y mucho menos que se realicen consumos de alimento, hospedaje, servicio de meseros, seguridad y personal de limpieza omitiendo el pago de los mismos” y advierte que “no existe evidencia que confirme las aseveraciones” hechas en esta columna.
Ocupa gran parte de su “desmentido” a detallar las medidas que ese hotel -como todos los hoteles del estado y del país- ha tomado para evitar la proliferación del coronavirus Covid-19, tema totalmente ajeno a la columna.
Dice que no hay evidencias, pero tampoco tiene forma de demostrar su versión. Lo plasmado en esta columna es el producto de, no una, sino varias versiones emitidas por trabajadores de ese hotel, algunos de los cuales han reportado que sufren un mayor acoso a partir de la publicación, pues una “investigación interna” ha arrojado como resultado la conformación de una “lista negra” en la que aparecen empleados, exempleados e, incluso, algunos clientes del hotel, a quienes se las atribuye la responsabilidad de lo aquí plasmado.
En su aclaración, Alba Magaña no hace referencia alguna al severo llamado de atención (“regañiza”, dirían algunos) que recibió por parte de la directora del Instituto de Pensiones del Estado (IPE) Daniela Griego, quien por su parte intentó “reparar el daño”, difundiendo entrevistas entre algunos medios de comunicación para hablar de los “avances” en su gesión al frente del IPE.
Por supuesto que no me voy a atribuir ningún mérito en ello, pero casualmente coincidió la exposición de los problemas que vive actualmente el Hotel Xalapa, con el anuncio del gobernador Cuitláhuac García en el sentido de que nadie de su equipo de trabajo (Daniela Griego forma parte de él) saldrá en busca de un cargo de elección popular el próximo año, con lo que las aspiraciones a la alcaldía de Xalapa, por parte de la titular del IPE, tendrán que dejarse para otro momento.
La recomendación a la contadora Alba Magaña es que modere su carácter, que deje de buscar “culpables” y que trabaje en el diseño de mecanismos para fortalecer la situación financiera de los hoteles del IPE, pero mecanismos distintos a la fallida fórmula de tratar con la punta del pie a los empleados y despedir a quienes no se dejan humillar.
No debe perder de vista lo expresado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, respecto a la situación de los trabajadores al servicio del estado: “No se va a despedir a ninguno, los ajustes por austeridad se hacen arriba, no con los trabajadores”.
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