Pocos quieren entender que el mundo ya cambió y que las economías domésticas resienten los impactos de la globalidad, se quiera o no, pero también que es y será de ella –de la globalidad- de donde vendrá la tabla de salvación.
Hay que mirar, pues, los escenarios globales y aprovechar sus racionales maneras de obtener las salidas a crisis como la que México vive.
La Organización de las Naciones Unidas llegó a la conclusión que por primera vez en muchos años los países desarrollados están mirando al vecindario.
México tuvo en sus manos la salida pero equivocó el camino.
México y China arrancaron juntos en la fase de globalización mundial. China participaba del 5% en el PIB mundial y México del 1.5%, pero en el 2018 China alcanzó el 25% mientras México apenas a un pírrico 2.3%.
¿Qué pasó?
En China guiaron, sustentaron y pisaron firme en políticas económicas pero México se fue por el fácil camino de políticas comerciales que lo llevaron a firmar más de un centenar de Tratados de Libre Comercio con los que hoy se tienen grandes déficit porque los inteligentes productores mexicanos, buscaron colocar sus productos en el mejor y mejor pagado mercado de los Estados Unidos.
Hoy el mundo empezó a vivir el nuevo esquema según la ONU las grandes empresas norteamericanas han iniciado su migración del suelo chino por algunas de estas razones económicas (que no comerciales).
Eso es lo que hay que ver ahora, ¿Hacia dónde se van las inversiones norteamericanas? La ONU afirma que el mejor vecindario para Estados Unidos es México. La cercanía para producir y vender en el enorme mercado mexicano le da a los Estados Unidos ventajas comparativas mucho mejores que en China. Y los productores mexicanos ya conocen ese nuevo camino.
Aprovechar que las fuerzas políticas radicales de México se alinearon al rumbo nuevo tomado por Estados Unidos y Canadá. Reconocer que al final de cuentas el diseñó salió de los Congresos y no de la ‘Mano invisible’ de Keynes, que se quedó atrás como lo que era una buena teoría.
Aquellos que se opusieron férreamente al primer TLC, al paso del tiempo aprendieron que aún con políticas económicas diseñadas en el exterior, es posible avanzar. Por ello, el reciente T-MEC no tuvo tales resistencias y ahí está México ahora en un nuevo Acuerdo Comercial que inicia su vigencia en pleno fondo de una crisis, que para mejorar tendrá que aprovechar lo que vendrá.
Hay que dejarlo caminar y aprovecharlo.
Veracruz, por ejemplo, debe aprovechar sus puertos, su cercanía con la costa de los Estados Unidos y entrarle de lleno a un diseño de Política Económica que permita cachar esas inversiones que de no encontrar una plataforma aquí o en el resto del país se irá a otros países de Centro y Sudamérica, Estados Unidos y Canadá desecharán al vecindario que no les facilite la implantación de sus inversiones.
Una ventaja que la Federación le ha dado a Veracruz es haber revivido ese viejo proyecto del Corredor Interoceánico que une los Puertos de Coatzacoalcos con el de Salina Cruz, que le dará a México y al mundo mayores ventajas que el Canal de Panamá.
Veracruz debe iniciar a la voz de ya, la promoción de inversiones privadas, e invertir en la compra de terrenos para la instalación de Parques industriales aledaños al Corredor que permitan no solo ver el desarrollo desde las gradas y ser parte activa, porque Veracruz tiene mucho qué exportar, principalmente en el sector agroalimentario. Uno de los productos de mayor demanda en el mundo es la cerveza, cuyo principal insumo es el agua que abunda en el Sur de Veracruz.
Si este sector es el que mayor dinamismo tiene en el país aún sin Corredor, por algo será.
El tequila, mezcal, tomate, cebolla, leche, café, cultivos no tradicionales como el litchi, maracuyá, marañón, palma camedor, limón y el plátano fruta, entre otros; productos que hasta hoy le han permitido al país ser el principal socio comercial de los Estados Unidos con un valor total de comercio cercano a los 300 mil millones de dólares. Pues por ahí se debe insistir.
Veracruz debe despertar, no solo el gobierno de Veracruz, sino también el sector privado si no quiere volver a ser el gran espectador de la globalización.
Se deben dejar atrás las políticas puramente comerciales y entrar con políticas económicas agresivas, promover las ventajas comparativas de Veracruz y entrarle de lleno a inversiones para el desazolve de ríos, lagunas, bocas y esteros que incentiven la pesca de costa y mediana altura; invertir en la acuacultura rural, la sanidad vegetal y animal, inversiones que al parecer no tienen que ver con el comercio internacional pero que sin ellas el potencial agroalimentario de Veracruz es cero. Veracruz, y México, tienen que despertar pero ya…
@frlicona
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