Ya antes se ha mostrado molesto con los padres de los niños enfermos por sus reclamos.
Ahora sólo le faltó decirles que “ningún chile les embona”, pero ya hubiera sido un exceso.
Eso, el tratar de minimizar la gravedad de la situación, fue la respuesta que dio ante el video que el oncólogo pediatra Sergio Miguel Gómez Dorantes, hizo y difundió, y que se volvió viral, mediante el cual denuncia el desabasto de medicamentos oncológicos en la Torre Pediátrica de Veracruz, ciudad.
Ramos Alor quiso restringir el desabasto sólo a Veracruz ciudad. Nada más que el problema es peor, mucho peor, por que la carencia de medicamentos, insumos y equipos es en todo el estado.
La negligencia de Roberto Ramos Alor no deja un rincón de la entidad veracruzana sin afectar.
Ramos Alor aceptó la irregularidad durante la conferencia informativa sobre la situación de la enfermedad Covid-19 en el estado, y lo hizo al final, así, como de pasada, como quien se acordó de algo y lo comentó, para que no digan que no dijo nada.
Ese desinterés se refleja en el boletín oficial, porque la mención aparece al final del mismo, puesta ahí, en dos párrafos, con el título insulso de “Atención oncológica”.
Es un escrito en el que la misma institución se contradice, porque después de que Ramos Alor reconoció la carencia de medicamentos, el boletín afirma que “la Secretaría de Salud garantiza la atención especializada a todos los infantes que requieren tratamiento oncológico”.
Pero sin medicamentos, sin implementos, ¿cómo van a garantizar lo que de hecho están reconociendo que no pueden hacer?.
El galeno Gómez Dorantes hizo la denuncia molesto porque el jueves 1 de octubre falleció un niño enfermo de cáncer, paciente en la Torre Pediátrica, en oncología infantil, precisamente por las carencias que hay en ésta área.
Por eso en el video que difundió soltó esa frase lapidaria que cada vez resuena más: No es un honor morir por Obrador.
Y aún así Ramos Alor se atrevió a decir que “por ninguna razón han sido descuidados ni ha habido omisión” para estos pacientes.
Entonces, ¿se atreverá a decir que esos reclamos que ocurren en todo el estado son injustificados?.
Al final de la conferencia sobre Covid-19 del sábado 3 de octubre, así, nada más como para no dejar, Ramos Alor dijo saber la angustia y preocupación de “familiares y algunos médicos” por la falta de medicamentos.
Pero su tono más bien era de ¿porqué me molestan con estás cosas?.
El titular de la SSV nuevamente, por enésima vez, busca minimizar los errores fatales que se han dado en la Secretaría de Salud de Veracruz (SSV).
Antes ya ha acusado a los padres de niños con cáncer de hacer escándalo prácticamente por nada.
Y esgrimió su excusa perfecta: Que el desabasto es nacional e internacional.
Ahora, simplemente dijo que “se continúan las gestiones para el abasto” de los fármacos para el tratamiento oncológico infantil.
Pues que trabajo tan deficiente, porque las gestiones, las hayan hecho donde las hayan realizado, han sido un completo, total y absoluto fracaso.
¿Y porqué en otras partes del mundo no se han dado reclamos públicos por la falta de atención a los niños con cáncer?.
Por eso, siguen diciendo que la pandemia les cayó como anillo al dedo, porque les sirve para encubrir todas las deficiencias del gobierno.
EL DESABASTO, UN PROBLEMA AÑEJO
Pero no, el desabasto es un problema permanente de este gobierno.
El 7 y 8 de octubre de 2019 padres de niños con cáncer bloquearon la avenida 20 de noviembre, frente al Hospital Pediátrico de la ciudad de Veracruz, por que sus hijos no recibían las quimioterapias por falta de equipo médico para suministrarlas. Y del Covid-19, nada se sabía.
El 22 de octubre, antes de que se diera el primer caso de Covid-19, padres de familia hicieron una caminata hasta las oficinas de la SSV en reclamo de medicamentos y equipo para las quimioterapias. El ayuntamiento de Veracruz acababa de ofrecer una campana oncológica en donación, la cual fue rechazada. Ese equipo era necesario para hacer las mezclas de los medicamentos comprados en el gobierno anterior, no en el actual.
El 13 de noviembre de 2019, se difundió la muerte de dos niños con cáncer. Ramos Alor sólo dijo que “no hay evidencia” de que el deceso fuese por falta de medicamentos. Pero ya había escasez.
El 7 de enero de 2020, en Xalapa, padres de niños con cáncer y adultos que padecen el mal se manifestaron porque no había medicamentos.
Y todavía no llegaba la pandemia a México.
Los medicamentos no los habían comprado, simplemente.
Apenas ese día, 7 de enero de 2020, por la presión, en la Secretaría de Salud se comunicaron con un proveedor extranjero, quien dijo que en 72 horas podía surtirlos.
Pero el cargamento no llegó, porque en la SSV no quisieron hacer el pago. No compraban nada para quimioterapia, al grado de que hacía falta hasta gel antibacterial, además de otros implementos básicos, como catéter.
El 17 de enero, por esa compra que no llegaba, hubo otra manifestación. O sea, el medicamento si existía entonces, al igual que ahora, pero la SSV no lo compra, porque Ramos Alor no promueve que se tenga un abasto suficiente.
El reclamo no se atendió y el 20 de enero, se repitió la manifestación.
Pero eso sí, el 15 de febrero, la SSV sacó un boletín muy ufano en el que “exhortaba” a los padres de familia a “detectar oportunamente cáncer infantil”.
¡Ándale!
¿Y cómo se hace eso?. En ese boletín, el mismo Ramos Alor, mencionaba que en ocasiones se puede confundir con sarampión, rubeola o infección de vías respiratorias. Si los médicos se confunden, ¿cómo esperan que los padres de familia, a veces analfabetos, puedan hacer tal diferenciación?.
El 6 de junio, ya en plena pandemia, ahora sí, se reportó que en el hospital de Río Blanco no había medicamentos, autorización para estudios, ni equipo para tratamiento. Vaya, no había ni sábanas, se dolió Osi Pirez de Díez, presidenta de la Asociación Orizaba Propone, A.C. (AOPAC).
Y aún así, con todas estas evidencias y más, muchas más que no han salido a la luz pública, Ramos Alor contesta de mala gana, con esa voz cansada, de quien no quiere hablar del tema porque le molesta que lo cuestionen, que “en ningún momento se ha ocultado información a familiares de pacientes y médicos, pues siempre hay informes en torno a la situación, en caso de faltar el tratamiento”.
La mejor lectura que se puede hacer de esto, es “yo te avise que no había medicamentos, si algo pasa, no es mi culpa”.
Vaya excusa tan… ¿cómo llamarla para que sea la definición perfecta?.
Y precisamente padres de familia y médicos lo que reclaman es que nunca saben como está el abasto de medicamentos.
De hecho, si hay negligencia, porque hay empresas que han ofrecido equipo para la aplicación de las quimioterapias, pero lo han rechazado porque todas las compras las hacen con empresas con las que tienen contubernios y con las que aplican costos altísimos y aún así hay deficiencias.
La aplicación de hemodiálisis a pacientes que las requieren, es otra muestra de la ineficacia de la Secretaría de Salud en Veracruz y de Roberto Ramos Alor.
Siempre le han buscado pretextos al desabasto. Pero jamás, absolutamente nunca, durante el actual gobierno de Cuitláhuac García, se ha tenido medicamentos e insumos suficientes para atender a los enfermos de cáncer.
Ramos Alor afirma “que nunca” se ha dejado de atender a pacientes con cáncer pese al faltante “de algunos fármacos”.
¿Acaso el dejar sin tratamiento a un paciente es “atenderlo”?, ¿no entra en el limbo de la negligencia el no tener el suficiente surtido de medicamentos?.
Y de nuevo el titular de Salud en el estado quiere justificar la pésima gestión que ha hecho, al decir que el desabasto tampoco es por “mal manejo de los recursos” y nuevamente culpa al desabasto mundial.
Después el secretario de Salud quiere cargar toda la culpa, todo el peso del problema en “los especialistas tratantes de los pacientes”, a quienes les piden “que apoyen y orienten para buscar alternativas”.
¿Qué alternativa existe para el tratamiento del cáncer?.
Si acaso hay alternativas, ¿porqué no las tiene la Secretaría de Salud?.
Tal vez Roberto Ramos pretende que se trate a los pacientes con cáncer mediante limpias, como la que se dio en el Congreso del estado el día que fue su comparecencia.
O con medicina como la que se practicaba antes de la conquista española.
Roberto Ramos quiere ser el gran místico de la salud en Veracruz, pero es una completa y total decepción.
Lo único que lo sostiene es que es el representante de Roció Nahle para los negocios que se hacen en esa dependencia. |