Una de las pocas personas con las cuales AMLO quiso mantener comunicación en estos días de contagio, (además de Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard y Jorge Alcocer), fue con Enrique Peña Nieto, más allá de su llamada obligada hacia el Presidente ruso, Vladimir Putin. Los acuerdos y la tranquilidad a meses de las elecciones no pueden esperar.
El asunto es claro: el Presidente no quiere sorpresas sobre su círculo cercano rumbo a las intermedias, no desea videos filtrados o audios sorpresivos ante la proximidad de las elecciones, y para ello, necesita tener atendido a Enrique Peña. Lo mismo ocurre con el mexiquense; requiere saber que puede vivir pacíficamente en España.
Los acuerdos amarrados en aquella visita que AMLO tuvo como candidato ganador a Palacio Nacional, en julio de 2018, (cuando recorrió junto a EPN algunos pasillos de la sede presidencial), continúan fuertes, no porque ambos tengan palabra de caballeros, sino por supervivencia; ninguno de los dos querría sacar secretos a flote.
“AMLO le hizo saber a Enrique que algunos síntomas del Covid le pegaron fuerte, pero otros ni se le presentaron. Es probable que por un tiempo no pueda hablar mucho en las mañaneras, ni tampoco permanecer demasiado tiempo parado, como habitualmente lo hacía. Quizá valoren abreviarlas por unos días o semanas”, me confirmó un cercano al expresidente en España.
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