Era marzo del 2020, el gobierno de México había confirmado 203 casos de personas contagiadas por Covid-19 y dos personas fallecidas por los efectos de ese coronavirus.
Durante un mitin en el Estado de Oaxaca, en el que repartió abrazos y besos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador remarcó: “Nos estamos preparando. Estamos haciendo acopio de recursos, tenemos suficientes médicos, especialistas, centros de salud y camas”.
Y fue más allá. Pidió a la población que “no se exagere, porque nos afecta en la economía si tomamos una decisión apresurada y espectacular. Además, perjudicamos a la gente, desatamos el miedo, nos desgastamos y apenas estamos iniciando”.
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Quince meses después, cuando este país registra de manera oficial el contagio de dos millones y medio de personas y la muerte de 221 mil 647 pacientes, el Presidente insiste en que no debemos exagerar.
“No se debe de exagerar, hay que aislar si se encuentra un contagio o un brote, se aísla, pero no cerrar por completo, no parar. Tenemos información de que la pandemia sigue perdiendo fuerza, o sea, no hay indicios, no hay elementos para preocuparnos de que pueda venir una tercera ola; si no, lo diríamos”.
Su despreocupado comentario se dio en la conferencia de prensa, la mañana de este lunes, cuando se le hizo notar que en Campeche, donde ya se habían reiniciado las clases presenciales en los niveles de educación básica, dieron marcha atrás en cuanto se detectó un repunte en los contagios del Covid-19.
Para el Presidente, a pesar de todo, lo más importante es volver a las clases presenciales. Lo de los contagios “son exageraciones”.
“Entonces, sí pueden darse casos ahí, aislados, pero esto no puede ser algo de preocupación nacional. Lo digo por Campeche y lo digo por Nayarit, pero también porque en Veracruz van a comenzar, y aquí también; y en el caso de Veracruz llevan ya tiempo en verde, en semáforo verde, no hay muchos contagios. Y sí, es muy importante regresar a las clases presenciales, mucho muy importante, es cuidar la salud, pero también garantizar el derecho a la educación, que no se nos vuelva costumbre el que los niños tienen que estar frente al televisor o al internet, o recibiendo las clases en línea, no, eso no es lo mejor”.
A propósito de Veracruz que, según el Presidente “lleva ya tiempo en verde”, dos de los centros poblacionales más grandes de la entidad, Xalapa, la capital del estado, y Coatzacoalcos, cambiaron el tono de su semáforo epidemiológico y retrocedieron a color naranja, que significa “riesgo alto” en materia de contagios por Covid-19.
¿Cuál es el afán de reiniciar clases cuando faltan escasos dos meses del actual ciclo?
¿Calculan, acaso, que esa sola decisión les redituará alguna ventaja electoral?
La campaña nacional de vacunación no ha llegado ni a la mitad de su objetivo. Enviar a niños, jóvenes y maestros a las aulas, es como mandarlos al paredón de fusilamiento.
Y no, no es una exageración.
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