Los más de 10 mil habitantes gozaron de suficiencia alimentaria, gracias a la capacidad del gobierno para dividir tareas y organizar tiempos de trabajo y descanso, intercambios comerciales que rebasaron los mil kilómetros a la redonda y la construcción de poblados de al menos cinco tipos en un área de 75 kilómetros; además de poseer una suntuosa producción artística.
Por otro lado, La Venta (Tabasco) figuró del 1100 al 400 y su casco urbano pudo tener unas 200 hectáreas, con un centro religioso muy rico en esculturas y llegando a los 10 mil habitantes pero más dispersos en unos 40 km y 100 sitios como Arroyo Pesquero y Arroyo Zonzo; con mayor variedad de artesanía y cerámica, y dando a los jerarcas un trato funerario especial.
La gran diferencia del lugar es su pirámide de 30 metros de altura y un recinto ceremonial rodeado de 124 columnas basálticas en forma prismática donde fueron halladas 16 figurillas de seres antropomorfos, seis hachas minúsculas y seis mini-estelas, pero también su forma de alimentación que aparte del pescado incluía perro mexicano y venado cola blanca.
Finalmente, Tres Zapotes (Santiago Tuxtla) destaca por el primer descubrimiento de una cabeza colosal en la expedición del arqueólogo Matthew Stirling, al tiempo de ser un espacio de transición política, cuando San Lorenzo ya registraba conflictos. Sus primeros registros datan de antes del 1000 y tuvo una desocupación causada por erupción volcánica en el preclásico, volviendo a ser poblada en el postclásico, con una vida activa de dos milenios.
La investigadora titular del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas, sin embargo, manifestó que el estilo escultural olmeca comenzó a gestarse entre el 1700 y 1500 en un lugar llamado El Manatí (Hidalgotitlán), con sitios aledaños como El Macayal, La Merced y El Paraíso, siendo pueblos que buscaron refugio en islas naturales o intervenidas.
Consideró que a la par de existir derechos y obligaciones en los estados olmecas, hubo las condiciones para que la población tuviera un sentido de pertenencia que influyó en otras civilizaciones del preclásico, ya que el término Cultura Madre fue propuesto en el seno de la Sociedad Mexicana de Antropología en 1942. Agradeció finalmente a la Secretaría de Turismo y Cultura la visión de organizar una Cumbre que promueva el conocimiento y el valor de la cultura.
Al entregar un reconocimiento a Izquierdo y de la Cueva, el titular de la SECTUR, Iván Francisco Martínez Olvera, destacó el esfuerzo por acercar la Academia a la población y que más allá de ser un encuentro de profesionales sea entre las infancias y juventudes, dada la importancia de sembrar esa oportunidad del saber y que poco a poco haya no cinco, seis o siete ponentes, sino 100, 200 o 300 grandes investigadores. |