Alejandro Moreno nunca imaginó verse tan disminuido frente a López Obrador con bastante trecho por recorrer rumbo al 2024. Bajo su mandato el PRI es el partido que más ha entregado gobiernos, y el que por ende (en la relación costo-beneficio), más valor ha perdido “en el mercado electoral”.
Y es que Alito prefirió, por su imperiosa necesidad de ser el único “poderoso”, romper con varios de los grandes y reconocidos cuadros del tricolor. Eligió pasar a la historia como el dirigente que hizo tocar fondo al tricolor, y AMLO, por supuesto, se lo agradece.
La misión de Moreno es, y así lo acordó con López Obrador, acabar con la alianza opositora desde adentro, haciéndose pasar (en la medida de sus posibilidades), como el gran enemigo de la 4T; para ello se le autorizó enfrentar públicamente al presidente, como si el coraje fuera real.
|
La otra misión de Alito es buscar “bajar” el vertiginoso ascenso que ha tenido Xóchitl Gálvez. AMLO está preocupado por la senadora, pues en ningún momento la contempló como adversaria, y mucho menos que Sheinbaum tuviera que enfrentarla.
Por eso Alejandro Moreno recibió una nueva misión a cambio de continuar “fuera del radar” de Layda Sansores (y aquellos videos que tanto lo dañaron): hacer caer a Gálvez (sea como sea), su “amistad” con AMLO depende de ello. ¿Podrá? Veremos qué ocurre.
Twitter: @aaguirre_g
(COLUMNA "AL RESPECTO") |