Si bien una encuesta puede ser descalificada al calor de una elección, la realidad es que la coincidencia de muchas es una muestra de la realidad.
Sí: existen muchas pagadas (sobre todo con nombres de empresas desconocidas o inexistentes), muchas que pueden tener cifras erróneas o simplemente una metodología con fórmulas de medición diferente. Massive Caller, por ejemplo, ha reducido en sus estudios mucho la distancia entre Sheinbaum y Xóchitl, contrariando lo que dice el resto de otras encuestadoras.
Pero la mayoría coincide: hay una ventaja amplia para Sheinbaum y con esto se debe considerar un efecto como el de 2018, cuando Morena arrasó.
Cabe apuntar que, de acuerdo a la experiencia que se ha visto en otras elecciones, es muy difícil remontar una ventaja tan amplia en 5 meses, cuando todo parece estar asentado.
Pero no todo está escrito. Hay gente sensata en Morena (entre ellas la virtual candidata a la gubernatura, Rocío Nahle) quien habla de que no debe confiarse nadie.
A la que se le ve ooooootra vez cambiando la estrategia es a la virtual candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, quien ahora apunta sus misiles hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador, criticando todo lo que diga, haga o pueda decir o hacer.
Algunos críticos del sistema están confiados en que habrá buenos números para la oposición porque esta elección va a ser distinta: en esta ocasión López Obrador no va a estar en la boleta.
Pero así como se ven las cosas, el presidente está más presente que nunca con todo y que entregó el famoso bastón de mando a Claudia.
AMLO pesa y sigue siendo una marca fuerte que va a influir en las elecciones.
Sería muy mezquino decir que Sheinbaum no brilla sola, cuando es la que, sin confrontarse, lleva una campaña tranquila enfilada hacia el 2024.
Y con esos números de las encuestadoras, a sabiendas que es muy rara la división del voto entre varios partidos, se puede decir que habrá efecto Sheinbaum. Un arrastre similar al 2018.
Además, se suma un factor que, creo, será muy influyente en la elección: la elección de la primera mujer presidenta de México. Algo histórico que ni democracias avanzadas como la de los gringos, han tenido.
Nadie, o la gran mayoría, se quiere perder ese momento histórico, como igual podría pasar en Veracruz.
@pablojair
(DE LA "COLUMNA SIN NOMBRE")
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