Lo que más llamó la atención fue la especie de diagnóstico-confesión que hizo como parte de la Suprema Corte, la Ministra Lenia Batres Guadarrama, quien sin tapujos habló fuerte, claro y de frente a todos los integrantes de la SCJN y la propia presidenta Norma Piña.
La Ministra Lenia Batres enumeró sin lugar a dudas lamentos profundos y dolorosos con los que impunemente el Poder Judicial ha dañado la confianza de los mexicanos por años.
Batres Guadarrama señaló puntualmente:
“Permanentemente llegan casos a la Corte en los que se defrauda la justicia, la defensa, el precedente, la instancia y quedan en absoluta impunidad en los que las principales víctimas son las personas más humildes. Si difícilmente pueden acceder a una defensa es más constante que encuentren abusos que justicia en las y los abogados o los jueces mexicanos”.
Para nuestra población, abundó la Ministra, “La justicia en México es cara, elitista, desgastante, humillante, lenta, inaccesible, inentendible, abusiva, misógina, racista, clasista, corrupta y parcial… En una palabra, es injusta”.
“La sociedad mexicana demanda que las personas juzgadoras respondan a los intereses públicos y sociales, que sean confiables, rindan cuentas y actúen con transparencia, honradez, racionalidad y decencia en el uso del gasto público, con sensibilidad y conciencia social, con solidaridad hacia el que sufre con humildad y vocación de servicio”.
“Las y los impartidores de justicia no somos dueños del Poder Judicial, su único propietario es el pueblo mexicano que tiene en todo momento el inalienable derecho de modificarlo como parte esencial de su forma de gobierno”.
Finalmente, la Ministra Lenia Batres Guadarrama cerró su exposición con una pregunta: ¿Este es el Poder Judicial que necesita el pueblo mexicano? ¡Yo creo que no!
Así, con sinceros, pero a la vez muy calientes planteamientos iniciaron los Foros de Diálogos Nacionales sobre la Reforma Constitucional al Poder Judicial.
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