Por un lado, a Héctor le convendría jalar con Alito, pensando en la clásica frase “Con el campeón, hasta que pierda”. Mientras no pase otra cosa, a Héctor le conviene estar con Alito, pues para ser coordinador de la bancada priista en el Congreso veracruzano lo va a necesitar.
Pero por otro, si como se ve venir, el PRI está listo para desaparecer, pues es un hecho que bajo la conducción directa de Manlio Fabio lo que queda del PRI y de Alito será barrido para luego dar inicio a un nuevo partido de la mano de Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong y los más de 250 priistas que han dado la cara en la abierta lucha por la no reelección de Alito.
Y es que lo anterior no es algo en lo que los priistas disidentes están pensando, desaparecer el PRI y darle nacimiento a otro con nuevas siglas, principios y criterios; nueva plataforma política y una mayor participación de jóvenes y mujeres, con una diferente tendencia y visión política.
En todo eso debe estar pensando Héctor Yunes, afianzar su relación personal y política con su mentor Manlio quien luchó a muerte por su candidatura a gobernador por dos años contra la tozudez y necedad del exgobernador Javier Duarte de Ochoa, quien a esas alturas no lo podía ver ni en pintura y tenía como su gallo para la gubernatura a Alberto Silva Ramos.
Sucedió en el Rancho San Julián de los Yunes Zorrilla. Allí se hizo presente Manlio Fabio Beltrones con toda la disposición de salvar el pellejo del amigo Héctor, pues como dirigente nacional del PRI durante la comida, los tragos y los postres, a pesar de fajarse con un evasivo Javier Duarte no lograba sacarle el indispensable Acuerdo.
Fue hasta el final de la tarde, ya con una espesa neblina y con las sombras de la noche encima, que Manlio ya casi montado en su camioneta se jugó la última carta. Jaló a Duarte, lo abrazó como para despedirse y formando una especie de teamback, jaló también a Héctor, Beto Silva, Pepe Yunes y a quien esto escribe, cerrando el círculo y hablando fuerte dijo “¿Entonces en que quedamos mi gobernador, vamos con Héctor? ¿Ahí muere todo?”. Duarte, con el ceño fruncido respondió “¿Y todos los madrazos que me ha dado?”. Todo, todo ahí queda, respondió Manlio, quien volteó a ver a todos y estos asentaron con la cabeza.
Así fue como Manlio dobló a Duarte y le sacó el acuerdo político para que el candidato fuera Héctor. Se rompió el teamback, Manlio me tomó del brazo y me pidió que le diera tiempo para que Duarte y Silva digirieran la estocada. Espacio que no duró más de unas horas para que aquí en las “Figuras y figurones” se diera a conocer el acuerdo del que muchos colegas ya presentían y escribían de ello.
Lo que pasó después ya fue otra historia, pero Manlio se la jugó con Héctor, como después me enteré hizo también por Héctor en otras ocasiones.
Así que mínimo, desde la mañana de este lunes, Héctor debe traer el corazón partido pero lo más seguro es que podrá encontrarle la cuadratura al círculo ahí por el lado de las lealtades. Conoce la lealtad de los dos: la que le ha demostrado su mentor Manlio Beltrones y la que Alito le ha demostrado a otros priistas como al campechano José Antonio González Curi, el tabasqueño Roberto Madrazo, el Hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, el oaxaqueño Pepe Murat e incluso el mismo Manlio Fabio Beltrones en los momentos que Alito más lo necesitaba.
Difícil decisión la de Héctor.
Pero Héctor es inteligente y sabrá resolver el tremendo dilema que tiene enfrente, pues después de este día a los priistas les ha llegado el tiempo de las definiciones.
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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |