¿Pero quién? ¿Cuál de los dos tiene mejor bandera política, mejor causa o más seguidores?
Alito por un lado tiene 440 seguidores, perdón, asambleístas, que como parte de la estructura le deben la chamba y haber llegado a las presidencias de los Comités Estatales, los cargos en la dirigencia nacional y los espacios plurinominales en el Congreso de la Unión y los estatales.
Manlio tiene tras de sí, a los casi 300 opositores que en abierto dieron la cara e impugnaron con nombre y apellido ante las autoridades la reelección antidemocrática de Alito; sin contar los miles de priistas de base, simpatizantes del PRI y todos con aquellos por culturalmente se oponen a las reelecciones en México. Es decir, la tribuna tricolor.
El sonorense ha jugado para la tribuna, Alito para sus 440 incondicionales que lo reeligieron.
Por otra parte, Manlio, se dice, enarbola una bandera popular y pese al rechazo de Alito y quitarle la voz en la bancada tricolor en el Senado, se mantiene firme, mientras que niega adherirse a otra bancada porque asegura tener los genes tricolores bien puestos y los lleva en la sangre.
Alito, en cambio, al imponer su personalísima voluntad en contra de su hermano de sangre política, inició una abierta persecución a la disidencia y una personal venganza fratricida contra Manlio Fabio.
Hoy las esperanzas de las bases priistas están, se asegura, en el triunfo de Manlio para quitarse de encima al tóxico liderazgo de Alito Moreno.
Así se ve el panorama del PRI, el campechano Alito Moreno y el sonorense Manlio Fabio.
¿En qué impactará esa guerra fratricida nacional en las próximas elecciones municipales de Veracruz?
¡Ya se verá!
Sígueme en @frlicona o enTikTok @politicaaldia o @politicaaldia1_
(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |