Si Judas Iscariote vendió y traicionó a Jesús por 30 monedas, que no esperaríamos de estos hijos de vecina que se dicen nuestros representantes populares.
Hoy por hoy, tropezarnos con que en México se acuña ya el apellido "Yunes" como acepción del término "traidor", confirma que la política mexicana es una verdadera tragicomedia con sus toques de humor negro.
Y es que si a esas vamos, el apellido Pérez Dayan también pasará a formar parte de ese glosario de términos mexicanizados que transforman el lenguaje.
La declaración de la senadora Lucia Trasviña Waldenrath en una reunión de comisiones expresando que si se va a valorar algún aspirante a ocupar un cargo público –cuando discutían la posible reelección de Rosario Ibarra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos- abre la puerta a la reflexión, porque ella alude que no es suficiente ostentar títulos y grados académicos de importantes universidades en el mundo, sino se cuenta con solvencia y calidad moral.
La legisladora federal por Baja California Sur afirmó, “si aquí hay senadoras y senadores con órdenes de captura y carpetas de investigación, que llegaron por ser primera minoría o por la vía del voto plurinominal, que legitimidad afirman tener” fue literalmente demoledora.
Sin desparpajo, muchos de estos traidores y sinvergüenzas, se pasean como si nada ocurriera demostrando no tener dignidad y mucho menos rubor para apenarse por tan lamentable de sus actitudes.
Y lo interesante del caso es que ejemplos de estas actitudes existen en todos los frentes políticos, unos más, otros menos, pero la realidad es que en todos lados se cuecen habas.
En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la pusilánime dirigencia nacional encabezada por Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, re-confirma que a estos personajes les interesa ser para merecer, y no ser para servir a la sociedad.
Pero en el caso Veracruz, su actual dirigencia estatal, que afirma encabezar la oposición, se la pasa declarando verdaderas vergüenzas, el caso más claro lo señaló el pasado martes 5 de noviembre cuando pasmado por los medios de comunicación durante la Sesión Solemne de Instalación de la Sexagésima Séptima Legislatura se atrevió cuestionar ¿Nos sirve realmente tener otro diputado? ¿De qué nos serviría ser Fracción Legislativa si hay nueve diputados de oposición y ellos (Morena y aliados) aprobarán lo que quieran? Todo lo que digamos o votemos no servirá de nada”.
Como dijera el personaje de Roberto Gómez Bolaños El Chavo, “que burro, póngale cero”.
Y es que con estas respuestas queda claro que él, su presunta representatividad y cualquier otra cosa que haga al frente del PRI sirven para nada en favor de la sociedad que afirma representar.
Otro también del apellido Yunes, se enojó porque no lo dejaron ingresar a la salutación con el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, pero pues siendo ya legislador los desaires se olvidan.
Sobre todo, cuando pudieran refutar los apoyos y peticiones realizadas a favor de su proyecto y el de la entonces hija legisladora, y es que se asegura que el mismo se cerró las puertas al no cumplir con los acuerdos que pactó.
Pero en Morena aparecen otros, como el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien se ha soltado a tirar rounds de sombra en contra del actual dirigente estatal, Esteban Ramírez Zepeta al que le han pretendido tildar todos los santitos.
Pero más rápido tuvieron algunos su golpe de realidad, cuando la misma Gobernadora Electa, Rocío Nahle respaldo en un vídeo las capacidades organizativas del mismo Ramírez Zepeta y del ex diputado local, Juan Javier Gómez Cazarín quienes serán los responsables de llevar a buen puerto la Asamblea Informativa con la misma presidenta Nacional de Morena, Luisa María Alcalde y el heredero del prócer de Macuspana, Andy López Beltrán, quienes vienen a darles línea respecto al futuro inmediato de Morena.
No se distraigan, recuerden que el proyecto se llama Veracruz.
Al tiempo.
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(COLUMNA "ASTROLABIO POLÍTICO") |