Y tienen razón en dudar los que dudan, pues la burra no era arisca, la hicieron a palos.
Es parte de la naturaleza humana el tener preferidos, pero las encuestas son más difíciles de cucharear cuando a luces vistas hay algún aspirante con arrastre. Y el que las encuestas de Morena sean organizadas por un Comité, da más certeza.
Poco a poco la marca Morena irá perdiendo terreno como “marca”, el desgaste del poder es imparable. Por eso, requerirán recurrir a nombres, cuadros fuertes, con arrastre y que puedan garantizar el triunfo.
Morena hasta el momento es atípico, pues es un partido en el Poder que se presenta como oposición. Y no precisamente oposición al sistema (que ahora son ellos), sino al viejo sistema. Pero cuando esa oposición quede desgastada, no podrán seguir dándose el lujo de enviar a cualquiera a las urnas.
El que Rocío Nahle haya salido a afirmar que en temas de Partido ella no se mete… es sano. El que Esteban Bautista Hernández haya afirmado que bajo ninguna circunstancia dará espacio a quienes lo busquen para apuntalar sus aspiraciones y que él no “palomeará” a nadie… da certeza de que, en las altas esferas del Poder, no se cocinan las candidaturas.
Podrá dudarse de la franqueza del método, pero cuando menos hasta ahora, en las contiendas “internas”, gracias a las Encuestas, Morena ha salido bien librada.
Las encuestas podrían ser la solución perfecta para que el Partido en el Poder, siga siendo por mucho tiempo el Partido en el Poder.
(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA") |