Líneas arriba mencioné que el caso de Cuauhtémoc es similar al de Cuitláhuac García, y es así, ambos no serán tocados en lo que resta del sexenio, a menos que los señalamientos en su contra se salgan de control o sean tan notorios que con prácticamente nada se puedan ocultar.
Las canonjías para Cuauhtémoc y Cuitláhuac no pasan por Palacio Nacional, sino por Chiapas. Además, la habilidad del exfutbolista para allegarse de las amistades indicadas es tanta, que su suerte podría ser extremo larga, no así la del exgobernador de Veracruz, cuya fortuna ha sido (únicamente) ser amigo de AMLO.
Y es aquí donde varios se preguntan qué le deben a Cuauhtémoc Blanco como para “apoyarlo de cualquier manera” y evitarle lo que se le avecinaba en caso de llegar un desafuero. El asunto es simple: le apostó al movimiento hace años, desde otra asociación política, cuando llegó a la gubernatura… y eso sigue pesando.
Hace algunas semanas fue en el Senado, ahora el tema “non grato” para Palacio Nacional se generó en San Lázaro. ¿Habrá consecuencias políticas, más adelante, para quienes dejaron pasar ambos asuntos?
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
X: @aaguirre_g
(COLUMNA "AL RESPECTO") |