Desde luego, Esteban Ramírez Zepeta tenía que cacarear el huevo y lo hizo como ya se le conoce, con firmeza y claridad: “Con esta decisión dejamos claro que Morena está unido y fuerte, preparado para enfrentar a una oposición que ya no tiene rumbo ni proyecto. La homologación de tiempos nos permite concentrarnos en lo verdaderamente importante: seguir construyendo, desde los estados hasta la dirigencia nacional, el segundo piso de la Cuarta Transformación que el pueblo nos ha encomendado. Aquí no hay retrocesos, la transformación avanza con paso firme hasta 2027 y más allá”.
Lo anterior, aunque no se refirió a ello, confirma lo que aquí se ha sostenido, que los supuestos pleitos y desencuentros que se han dado entre puntales políticos del movimiento, son propios de la forma en que se pudo llegar a formar un Movimiento como MORENA, integrado por una serie de diversas ideologías de izquierda y que al paso del tiempo se irán afinando con un solo objetivo.
Muchos se preguntan por qué la gobernadora no ha metido las manos, por ejemplo, en los desencuentros mediáticos entre Esteban Ramírez Zepeta y el Senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, pero a los que les preocupa eso ven que el Movimiento no puede frenar de golpe, es su estilo, su marca y su forma de ser.
En el Movimiento hoy convergen experredistas, excomunistas, expetistas, expriistas, expanistas y ex de muchas otras corrientes de la izquierda radical que se cansaron de guardar disciplinas políticas y guardar silencio ante el “Sí señor”, a decir que era de noche a las doce del día si el patrón así lo indicaba, solo para ganarse un lugar a su lado.
Los actuales desencuentros, entre más fuertes son, más fortalecen a la 4T, puesto que así, entre ellos, le quitan banderas a una oposición que hoy sigue bajo las reglas de la disciplina y que ha perdido el discurso opositor.
Hoy, en el PRI por ejemplo, se habla más de los líos que trae con la justicia su dirigente nacional Alito Moreno que de lo que el pueblo desea; y en el PAN solo se habla de sus problemas internos, sus estatutos, sus diferencias con los Yunes, su cambio de dirigencia y no de lo que le interesa a los votantes azules.
Ante todo ello, Movimiento Ciudadano crece. En Veracruz ya les comió el mandado al PAN y al PRI. Aunque hay que decirlo, más tarde que temprano estallarán los cohetes, cuando priistas y la militancia que ha sudado la camiseta para crecer, se enteren que en la CDMX se están tejiendo ya los hilos para ir juntos en el 2027 y que para el 2030 ya están pensando en un priista muy combativo para ser el candidato de su alianza para la gubernatura de Veracruz.
Es decir, nadie sabe para quién trabaja.
Y para acabarla de amolar, hasta los dirigentes estatales del PT y el Verde Ecologista hacen sentir y escuchar un discurso más combativo que el de los prianistas.
Por eso, no pocos dicen que la oposición no tiene proyecto, no tiene voz, es decir, por lo pronto se puede decir que se han quedado sin ideas.
Así que finalmente y como conclusión, al menos en Veracruz, el tema caliente y mediático de cada día está en saber qué dijo Esteban Ramírez Zepeta del Senador Manuel Huerta y viceversa, pero no en la permanencia de ambos.
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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |