En las colonias se desarrollan acciones de búsqueda y acopio de cacharros y todo aquello que pudiera servir como criaderos del mosquito transmisor de estas enfermedades. La respuesta de la población ha sido positiva; el año pasado se triplicó la cantidad de toneladas de material de desecho. Entonces se realizó un “Llantatón”, en este 2016 se realizarán dos, el primero será el 27 de febrero en varios puntos de la ciudad.
De casa en casa, se invita a la población a deshacerse de dichos objetos; acciones en las que se cuenta con el apoyo de Limpia Pública. Previo a ello, por medio de los jefes de manzana y los delegados, se imparten pláticas informativas de fomento sanitario.
Iride Jiménez explicó que, si bien el riesgo de infección es mayor durante las temporadas de lluvia, debido al Cambio Climático, las temperaturas varían mucho en un solo día, por lo que se dificulta la labor de respuesta dada la adaptabilidad de los mosquitos tanto a la lluvia como al calor.
“Dentro de ciertas temperaturas, las larvas se propagan; en temperaturas extremas no tendría que haberlas, pero por los cambios constantes de temperatura tenemos larvas todo el tiempo. Los criaderos se forman no en todo tipo de agua, sino en aguas limpias, en recipientes pequeños o grandes”
Otro factor de propagación es el carácter fluctuante de la población, particularmente la estudiantil, particularmente durante los periodos vacacionales. Las acciones preventivas se enfocan también al posible ingreso de personas infectadas procedentes de otros lugares. En caso de detectar algún síntoma, se debe permanecer en casa y no acudir a los planteles.
La Subdirectora de Salud municipal refiere que los síntomas son claros cuando el virus ya está instalado, pero el periodo de incubación –de 15 a 20 días– suele ser confundido con un resfriado común y no se realiza un diagnóstico a tiempo. Cuando el paciente manifieste malestar general, dolor de cuerpo y articulaciones y fiebre, debe acudir de inmediato a los Servicios de Salud.
Si bien no existe un sector social más afectado, las acciones preventivas y los mayores cuidados –uso de mangas largas y repelentes– se enfocan especialmente en las embarazadas, por el riesgo que representa el virus del zika para sus bebés.
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