1. Ruta 62, Suráfrica
Distancia: 748 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: Nueve horas y media (sin paradas).
Las casi 65 bodegas de vino que hay en el camino te harán desear ser un simple pasajero y no el que conduce el vehículo. Cambiar de piloto, de hecho, es lo que mejor funciona para recorrer esta larga carretera turística que va desde Ciudad del Cabo hasta Puerto Elizabeth, con docenas de paradas para disfrutar de acantilados, fauna, ríos, valles y llanuras.
Para no perderse: las termales y los baños romanos privados del Warmwaterberg Spa son ideales para relajar los músculos después de horas de estar al volante. Si tienes tiempo, una caminata de dos días en el famoso Camino del Burro, en las montañas Swartberg, te dejará listo para emprender el resto del recorrido. A lo largo de la ruta 62 también está la Reserva del Juego Klaasvoogds, donde se pueden observar ñus negros, cebras y leopardos.
Para a comer en: Ronnie’s Sex Shop. Su primer nombre era Ronnie’s Shop pero cuando alguien le pintó la palabra “sex”, en broma, Ronnie decidió dejarla y convirtió el lugar en un extraño pub temático sobre sexo donde se encuentran motociclistas, campesinos de la región y otros visitantes habituales de la carretera
2. NC500, Escocia
Distancia: 830 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: Tres a siete días.
Recorrer la última vía costera británica te dará ganas de permanecer en algunos de los caminos más pintorescos del Hemisferio Norte.
Abierta en el 2015, la Costa Norte 500 (su abreviatura es NC500) es parte de una iniciativa del príncipe Carlos para mostrar la escarpada grandeza de la costa escocesa, tanto en el este como en el oeste. En tan poco tiempo, ya ha ganado varios elogios y ha sido calificada como uno de los mejores viajes en carretera del mundo.
Para no perderse: Castillos, lagos, montañas y ganado son las mayores atracciones de este camino, conocido como la respuesta escocesa a la Ruta 66.
Para a comer en: The Kishorn Seafood Bar, donde la comida de mar es tan buena como la vista de las montañas que rodean la zona. Suele estar entre los 10 lugares que sirven mejor comida de mar en el Reino Unido.
3. Paso Ticlio, Perú
Distancia: 132 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: tres horas (sin paradas).
El recorrido por la carretera pavimentada más alta de Suramérica (casi 4.877 metros sobre el nivel del mar) es perfecto para los adictos a la adrenalina. Enclavada en la Cordillera de los Andes, está llena de curvas, llamas salvajes y suicidas que de repente salen a la carretera y montañas en las que con frecuencia ocurren deslizamientos de tierra.
Es posible que termines esquivando rocas enormes que caen de arriba, pero la vista que tendrás al final del camino vale la pena.
El Paso Ticlio, en Perú, tiene 132 kilómetros y se recorre en casi tres horas, sin paradas. Es la carretera pavimentada más alta de Suramérica y una gran atracción para los fanáticos de la adrenalina.
Para no perderse: El ferrocarril Ticlio está hecho para quedarse con la boca abierta. A 4.758 metros sobre el nivel del mar, es una de las líneas férreas más altas del mundo y fue construida por la comunidad de mineros de la zona.
Para a comer en: los cafés a lo largo del camino. Puedes deleitarte comiendo ceviche o cuy frito.
4. Jebel Hafeet (Montaña Hafeet), Emiratos Árabes Unidos
Distancia: 11,7 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: Cerca de 30 minutos (sin parada).
Construida para que los habitantes ricos de la zona puedan disfrutar de sus carros de juguete de millones de dólares, esta carretera no te llevará a ningún lugar específico, salvo un palacio privado y un hotel exclusivo. Sin embargo, vale la pena ir y volver de principio a fin por esta carretera esculpida en medio del desierto por sus superficies lisas y por los 60 circuitos que encontrarás alrededor de la montaña Hafeet.
“Es un camino perfecto para amantes de los carros”, explica Phill Tromans de la revista Evo. “Hay secciones rápidas y lentas. Es perfecta para una conducción técnica”.
Para no perderse: durante el verano, a 45 grados centígrados, el calor crea la ilusión de que las doradas dunas de arena se mueven a lo lejos. Si eso no es suficientemente entretenido, también hay una cancha de golf en la cima de la montaña.
Para a comer en: Le Belvedere, en el Hotel Grand Mercure en la montaña Hafeet. Tienen comida marroquí, italiana y francesa.
5. Carretera Atlántica (Noruega)
Distancia: 8 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: Menos de 30 minutos (sin paradas).
Puentes que se retuercen adornan esta magnífica carretera que recorre la costa noruega. Los pasos elevados están entre Kristiansund y Molde y las constantes tormentas en el área hacen mucho más intenso el recorrido.
Si la conducción “técnica” no es para ti, prepárate para ver pájaros poco comunes que sobrevuelan encima tuyo mientras focas y ballenas nadan en la costa. Y está el atardecer, teñido de un naranja intenso.
Recorrer la carretera Atlántica, de Noruega, es uno de los mejores viajes por carretera que existen por los puentes que se retuercen y los animales que se pueden ver mientras recorre la costa de ese país.
Para no perderse: los 80 metros de la Caverna Bremsnes, en la montaña Bremsneshatten, merecen una visita. Bucear en los meses de verano también es una obligación. La vida marina en esta región es abundante y la visibilidad puede alcanzar hasta 60 metros.
Para a comer en: Derinngarden in Halåsen es una tienda de granja que vende deliciosos siropes, mermeladas, queso artesanal y yogur. Además, la taberna Bjartmars Favorittkro sirve un bacalao local bastante bueno.
6. Autopista Alcan, de Canadá a Alaska
Distancia: 2.167 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: Un día y siete horas (sin paradas).
Si Bear Grylls hiciera viajes por carretera, seguro atravesaría esta gigantesca carretera en medio de la naturaleza más agreste de América del Norte. Cadenas para la nieve, una buena chaqueta de plumas y una nevera llena de sánduches te servirán para hacerle frente a las duras condiciones climáticas de este camino.
En medio de tormentas de nieves te cruzarás con montañas imponentes, lagos burbujeantes, trineos de perros, lobos y el escaso oso pardo.
Para no perderse: Hacer caminatas alrededor es una obligación. Puedes terminar en las termales del río Liard (las segundas más grandes de Canadá). El Sign Post Forest en la ciudad de Watson Lake también vale la pena.
Para a comer en: el restaurante Klondike Kate’s en el pequeño pueblo de Dawson City, que sirve comida vegetariana, batidos saludables y deliciosos y torta de chocolate. También está el Rika’s Roadhouse, en el cruce del delta, que ofrece sopa de fideos de pollo y sánduches poderosos.
7. Carretera Transfagarasan, Rumania
Distancia: 116 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: 100 minutos.
Túneles oscuros y escalofriantes (el más largo mide 800 metros y es absolutamente negro) y giros y vueltas que nunca terminan hacen que este recorrido por el territorio de Drácula sea emocionante.
La sinuosa carretera va desde Cartisoara hasta la ciudad de Curtea de Arges y zigzaguea por Transilvania, ascendiendo hasta los 2.034 metros sobre el nivel del mar (la mayor altura del país).
Para no perderse: la experiencia de escalar los 1.400 escalones del Castillo Poenari, la antigua residencia de Vlad III, que inspiró el famoso libro de Bram Stoker, Drácula. La cascada Balea y los lagos Vidraru y Dam que aparecen a lo largo del recorrido merecen unos minutos.
Para a comer en: el restaurante Pensiunea Balea está a solo 7 kilómetros de Cartisoara y sirve platos típicos de Rumania.
8. Gran Carretera del Océano, Australia
Distancia: 253 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: cuatro horas.
Esta carretera tiene más atracciones que carros. Aquí las montañas se encuentran con los océanos, la selva tropical se cruza con acantilados dramáticos y los faros se topan con parques nacionales donde habitan osos hormigueros, canguros, pingüinos, koalas y loros de muchos colores. Al final del recorrido querrás dar una vuelta en U y volver a manejar por esta ruta.
Para no perderse: la playa Bells, famosa por la película Point Break, que aunque realmente no se filmó aquí, todavía atrae a surfistas de todo el mundo. Si buscas más tranquilidad y huir de los tiburones puedes ir a nadar a la bahía Apolo, rodeada de una pequeña ciudad que también ofrece recorridos en caballo y bicicleta. No olvides pasar por el Parque Nacional Gran Otway y, por supuesto, termina en los mundialmente famosos Doce Apóstoles, una colección de columnas de piedra caliza que salen del mar y miden hasta 65 metros.
Para a comer en: The Pickled Pig, en Warrnambool, sirve escalopes de cerdo bañados en hinojo y canela y otras delicias.
9. Carretera de la costa Amalfitana, Italia
Distancia: 56 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: 75 minutos.
Te perdonamos si destrozas tu convertible último modelo por andar distraído mirando los pueblos pintorescos que rodean este camino, las iglesias históricas y la prístina costa. Esta es una de las rutas más hermosas que hemos encontrado pero además, los caminos a lo largo del litoral están llenos de curvas cerradas que te quitarán el aliento.
Para no perderse: el tramo entre Praiano y Positano y la Grotta dello Smeraldo, una gruta de aguas verdes y brillantes.
Para a comer en: el restaurante Rossellinis, de dos estrechas Michelin, en Ravello. Es un reconocido restaurante de comida tradicional europea, caro, con una vista impresionante de los botes de pesca que hay abajo.
10. Carretera Milford, Nueva Zelandia
Distancia: 120 kilómetros.
Tiempo aproximado en ruta: 90 minutos.
Conducir entre las montañas de Isla Sur en Nueva Zelandia, de Te Anau hasta el Parque Nacional de Fiordland, es tal vez el viaje por carretera más pintoresco que exista en el planeta. Piensa en imponentes acantilados, cumbres montañosas cubiertas de nieve, cascadas y árboles de helecho que tienden sus dedos (o ramas) en medio de la gravedad.
Para no perderse: es difícil no hacer una parada para admirar la belleza del Valle de Eglington y los Lagos Espejo, llamados así porque reflejan los alrededores con una claridad cristalina. La Avenida de la Montaña que Desaparece también es asombrosa, por la ilusión óptica que produce el hecho de que la montaña a la que uno se acerca no se vea más grande sino más pequeña.
Para a comer en: The cozy Blue Duck Café & Bar, en el fiordo de Milford Sound, que sirve comida típica y cerveza artesanal y está abierto para desayunar, almorzar y cenar.
Con información tomada de CNN en español. |