El asesinato de Charlie Kirk causó conmoción en Estados Unidos, dado su papel como figura prominente dentro del movimiento conservador. El sospechoso del crimen, Tyler Robinson, se entregó a las autoridades poco después del incidente y ha sido acusado de homicidio agravado, por lo que los comentarios de Kimmel fueron considerados por muchos como "ofensivos e insensibles" además de ser vistos como una crítica directa a la manera en que algunos sectores de la derecha política manejaron la tragedia.
La red Nexstar, que controla varios canales afiliados de ABC, fue una de las primeras en posicionarse contra el presentador, asegurando que continuar emitiendo su show no era en el interés público. La compañía señaló que la suspensión de "Jimmy Kimmel Live" busca restaurar un "diálogo respetuoso y constructivo".
Por su parte, el presidente Donald Trump celebró la suspensión del programa, considerándola una victoria para Estados Unidos. En sus redes sociales, Trump expresó que la decisión de ABC era una respuesta a la baja audiencia de Kimmel, y calificó al comediante de “sin talento”. Además, aprovechó para criticar a otros dos presentadores nocturnos, Jimmy Fallon y Seth Meyers, a quienes también señaló por sus bajas cifras de audiencia.
El impacto de este suceso no se limitó a los medios de comunicación y la política. A nivel local, Gavin Newsom, gobernador de California, reaccionó enérgicamente a la cancelación. En sus redes sociales, Newsom acusó a ABC de llevar a cabo un "comportamiento corrupto y cobarde" y afirmó que la decisión formaba parte de un esfuerzo más amplio para controlar los medios de comunicación y "censurar la libertad de expresión".
"Comprar y controlar plataformas mediáticas. Despedir comentaristas. Cancelar programas. No son coincidencias. Es un acto coordinado. Y es peligroso. El Partido Republicano no cree en la libertad de expresión. Te están censurando en tiempo real."
En medio de la creciente confrontación entre medios de comunicación y figuras públicas, la decisión de ABC abre la puerta a nuevas interrogantes sobre el futuro de los programas nocturnos y el papel de los comediantes en la política estadounidense. |