Los últimos 18 años han sido de agravios, incertidumbre y olvido. Por ejemplo: despidos, incertidumbre, atrasos y mermas en los salarios, recortes presupuestales que los obligan a llevar su botella de agua, lápices, computadoras y papel sanitario propios a las oficinas. Los muebles y equipos en los que trabajan hace años debieron ser reemplazados, así como vergonzantes vejaciones al personal sindicalizado y de confianza. ¿Tendrán razón?...Nos pregun porqué los sabios dejaron de ir a La Parroquia de Enríquez. Muy simple: aunque le pongan café hasta la mitad de vaso, no sabe a lechero y las canillas las redujeron a la mitad de lo tradicional. Canillazos para ese café tan bien ubicado, pero así ni ganas de ir. |