Este mediodía, la Perla del Papaloapan se vistió de rojo para vivir la adrenalina que llegó en balsas desde el otro lado del Río de las Mariposas. La ciudad vivió el día de los toros en la Fiesta de La Candelaria. Fueron seis ejemplares de más de 400 kilos que viajaron por el ancho caudal para ser liberados en el improvisado muelle de El almendro, un punto de reunión social, embarque y desembarque de personas y mercancías. Sol, mucho sol. Un termómetro que estiró el índice hasta los 31 grados centígrados puso en jaque la resistencia humana ante la repentina carrera, al grito de ‘ahí viene el toro’. Fotos, videos, arrincones con prendas intempestivas, medias vueltas y de nuevo los cuernos enfrente de los valientes, acalorados pero muy entusiasmados. Cientos de personas corriendo, gritando, haciendo fintas con camiseta en mano, sombreros con cuernos —afortunadamente de fieltro—, lentes oscuros, bebidas, blusas recortadas o recogidas en nudo a la mitad del ombligo, shorts cortísimos, camisetas sin mangas, brazos con tatuajes y sudor… la imagen del día. |