En los cafés políticos los sabios bebedores del aromático analizan todo, no solo las propuestas, sino también las actitudes y la consistencia. Se podría decir, comentan en los cafés, que al arranque de cada proceso electoral todos parten de cero, pero conforme pasan los días en la palestra mediática comienzan a rolar denuncias y escándalos que exhiben, ante los azorados electores, los insultantes enriquecimientos de unos y de otros. No son pocos los que valoran y aprecian la estrechez económica y el privilegio que le ha dado a la honestidad, un político austero como Héctor Yunes Landa. Si finalmente Héctor ganará la elección, esa es otra historia, aunque tiene todo para hacerlo. Sin embargo, por el bien de Veracruz, ojalá que cada día sean menos aquellos políticos que lleven en su mente como único objetivo el enriquecerse, el buscar estar “donde hay”, el resolver a la mala no solo su futuro sino también el de su descendencia. En ese tenor ¿Se le puede creer a Héctor que esté luchando porque exista un nuevo Veracruz? La respuesta debiera ser “Sí”, sobre todo cuando en su afán de seguir en contacto con la población, pese a padecer laringitis, sigue caminando y anunciando sus propuestas, para seguir, como él dice, en la búsqueda de devolver la decencia al Estado. Menú completo para Héctor Yunes, y un buen lechero caliente que le reponga sus lastimadas cuerdas vocales. |