Lo que se pretende, en primera instancia, es que la vida humana esté preservada con acciones de prevención y de reacción, para lo cual se tiene el respaldo de los municipios en la delimitación y la búsqueda de impedir que se instalen nuevos centros de población a lugares donde ya existen los ductos de PEMEX.
En la entidad hay más de 13 mil kilómetros de ductos que transportan hidrocarburos, por lo que algunas regiones tienen algún tipo de riego por estos incidentes.
Al respecto, desde el inicio de la presente administración se trabaja para generar una autentica cultura de la prevención y la auto-protección de manera paulatina, para lo que se desarrolló el Atlas Estatal de Riesgos, con el que se identifica dónde hay problemas de este tipo para apoyar a las comunidades.
Cuando se presenta algún reporte de afectación, ya sea por olor o detectar una mancha o fuga, se activa un sistema de operación que consiste en informar de inmediato a las autoridades locales, identificar el punto y poner en alerta a PEMEX, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y las procuradurías Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y Estatal de Protección al Medio Ambiente (PMA).
Lo primero es ver por la salvaguarda de la población aledaña a los lugares donde se hayan registrado estos incidentes, identificar el sitio, valorar el riesgo y dar solución al problema.
Sólo en caso extraordinario se activan albergues si hay necesidad de evacuar a los habitantes por posibles explosiones o contaminación del aire; de no ser necesario, se mantiene la vigilancia y acordonamiento perimetral de prevención correspondiente.
Gracias al trabajo coordinado entre los tres niveles de gobierno, en Veracruz se presta inmediata atención ante cualquier emergencia. |