Es fundamental que el paciente no interrumpa los cuidados médicos ni los altere, ya que eso provoca crisis asmática que llega a requerir hospitalización. Quienes padecen la enfermedad también pueden sufrir alteraciones en el estado de ánimo como depresión, sentimiento de culpa, ansiedad o estrés.
El asma es una enfermedad congénita, es decir, quien la padece nace con ella, debido a que se ha encontrado que alrededor del 80 por ciento de adultos con ella presentaron síntomas desde los primeros cinco años de vida; puede detectarse clínicamente desde el primer año o a partir de los cuatro años de edad mediante el estudio llamado espirometría.
La sintomatología se presenta de manera variable en frecuencia y gravedad, el tratamiento varía de acuerdo con la edad del paciente; sin embargo, por lo general se utilizan los mismo métodos y medicamentos, pero en diferentes dosis.
Se recomienda evitar exponerse a factores de riesgo como humo de cigarro y polvo, así como usar de manera correcta los inhaladores para que la medicina funcione adecuadamente; tratar de atender las comorbilidades como la diabetes, obesidad y las alergias, y vacunarse cada año contra la influenza y neumococo.
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