Por lo general se resuelve con tratamiento antibiótico administrado por el médico, se combate la infección y se recupera la morfología del esperma.
“Cuando esto no sucede sospechamos de varicocele (várices) en los testículos o hidrocele (acumulación de agua), e incluso de alguna malformación o tumoración testicular o en la próstata”, dijo.
Lamentó que en pleno siglo XXI prevalezca la renuencia de los varones a acudir con el urólogo, pues los cánones culturales someten a juicio la virilidad del hombre cuando éste sufre patologías asociadas a sus órganos sexuales.
Infecciones, várices y tumoraciones son asintomáticas, y es hasta que causan un problema evidente de salud cuando nos damos cuenta, pero aun así los varones se resisten a ver a su médico familiar”, indicó Chavoya Gama.
El experto del Seguro Social invitó a la población masculina en general a realizarse autoexploraciones, a fin de encontrar cambios en la piel o la forma de sus genitales.
Añadió que de manera rutinaria los pacientes deben acudir a chequeos anuales en sus Unidades de Medicina Familiar (UMF), dentro de los que se realiza también un cuestionario para determinar la existencia de enfermedades del aparato reproductor masculino.
En caso de hallar una anormalidad se realizan estudios de laboratorio y se deriva a segundo o tercer nivel de atención médica, apuntó. |