Una de las vecinas que dijo llamarse Alejandra Velázquez, de Adolfo López Mateos narró que la humazón y la pestilencia putrefacta recrudece durante la noche y madrugada, situación que les impide dormir con normalidad.
Han vivido asó desde que se registró el incendio ocurrido el pasado sábado 19 de junio. Hasta el momento las autoridades municipales no han podido sofocar completamente el fuego en el basurero recién clausurado.
Por su parte, el enlace regional de la Secretaría de Protección Civil (SPC) del Estado, José Ángel Álvarez Acosta consideró que la humarola y los olores que despide representan un riesgo sanitario y que podrían intoxica las familias que viven en las inmediaciones del lugar.
Pero afirmó que la contaminación queda en manos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para investigar y determinar las condiciones en las que se encuentra el sitio donde diariamente se depositaban hasta 200 toneladas de basura.
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