Muy caliente la línea del epílogo, del compendio y del final de Javier Duarte. Edgar escribe del derrumbe total e incluso de una licencia en puerta…”Con todo en contra: la decisión del centro de tumbarlo a como dé lugar, el desprecio y condena de su partido, el PRI, las presiones de Miguel Ángel Yunes y el desborde de las raterías”… “Hoy, Duarte está solo. Palacio está vacío, abandonado. Casa Veracruz desmantelada. Su casa en Córdoba deshabitada. Sus hijos fuera de México y su gestión hecha añicos. Cumplió su sueño de estar flaco, lo que no ha podido sacar de su alma es la frustración”.
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