Explica uno de los responsables de este importante proyecto de conservación, que el afluente también es contaminado por aceites de talleres mecánicos, químicos y detergentes de uso domiciliario e incluso de industrias asentadas en esta zona.
Pero además, exhibió que en su recorrido se puede encontrar desechos de pet, llantas, animales muertos y bolsas de basura y en la zona de Nogales se han detectado restos de descargas de granjas y rastros clandestinos de cerdos y pollo.
La contaminación se recrudece al llegar las aguas del río a la zona industrial de Orizaba e Ixtaczoquitlán donde recibe las descargas de una industria de la cerveza, el papel, medicina y curtidoras de cuero, entre otras asentadas en estos municipios.
Explica el responsable del grupo Proyecto Ahuehute, que a lo largo de los últimos diez años han venido realizando labores de limpieza de materiales sólidos y retiro de maleza con importantes resultados, pero la labor complicada es la contaminación del agua por aceites tanto comestibles como lubricantes de motores.
La gravedad del asunto radica en el hecho de que estas aguas llegan a lagunas y más tarde al mar, sumamente contaminadas, de ahí que la regulación de líquidos, drenajes y saneamiento de las cuencas sea una exigencia para el nuevo gobierno. |