Dos casos que prendieron alarmas podrían tener tintes domésticos. Primero, el de la joven Lizbeth Campechano desaparecida hace algunos días, y derivó en marchas y manifestaciones. No periodísticas informan que se busca a Tomás Rincón Álvarez, pues “según lo han declarado familiares ante el Ministerio Público, “está obsesionado con la menor de edad, con quien tenía una relación sentimental que derivó en violencia psicológica y física”. De 24 años, Tomás Rincón Álvarez y ella, estudiante del Ilustre Instituto Veracruzano, de 15, sostenían una relación sentimental; pero ante la prensa, los padres lo niegan”. De acuerdo a una nota de grupo FM-Veracruz, ambos están localizados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, por lo que al final todo podría terminar en el clásico “se fue con el novio”. Segundo, otro caso por demás delicado es el de los sacerdotes asesinados en Poza Rica, del que el fiscal general Luis Ángel Bravo Contreras, adelanta no tiene vínculo alguno con el crimen organizado; por el contrario, se deriva de un "pleito de borrachos", pues convivían con su verdugo dentro de la parroquia. En fin, hasta que no se agoten las líneas de investigación se podrá saber la verdad. |