En México existe un vacío de información sobre desapariciones forzadas, pues aunque se cuenta con un registro nacional de personas extraviadas este enfrenta debilidades que impiden tener un panorama certero de lo que ocurre. Francisco Rivas Rodríguez, Observatorio Nacional Ciudadano, admitió que el problema comienza desde las procuradurías estatales o fiscalías, pues le ponen mil argumentaciones a los familiares que se acercan a denunciar. “Que si la hija se fue con el novio, si el marido se fue con la amante, que si regresa en 72 horas, vamos a ver, vamos a investigar, ni siquiera inician la averiguación y la forma en que esta inicia es extremadamente laxa u omisa”. Urgió a reconocer un problema preocupante en desapariciones involuntarias para que el tema pueda incidir en la agenda pública. Advirtió que mientras no se generen estadísticas certeras y no se utilice la tecnología adecuada no se podrá establecer relación entre las personas desaparecidas y los cuerpos encontrados en fosas clandestinas. “En la medida en que no se generan unidades de búsqueda conforme a la Conferencia Nacional de Procuradores pues no vamos a tener un trabajo serio en la materia para buscar a los desaparecidos. En la medida en que no se implemente el software ante morten, post mortem, que es una donación de la Cruz Roja Internacional no podremos hacer el cruce entre las personas desaparecidas y los cuerpos encontrados”. Puntualizó que se trata de un fenómeno distinto al secuestro que no puede combatirse de la misma manera ni registrarse igual. Las procuradurías carecen de antropólogos forenses, refrigeradores, trabajo de investigación seria y por ende no hay certeza de cómo se contabilizan las fosas clandestinas. Dijo que debe determinarse quien controla el territorio ya que al encontrarse cien fosas clandestinas, como en el municipio de Veracruz, se deja ver la tolerancia de la autoridad y su trabajo omiso.
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