La deslocalización de las fábricas es una herramienta de algunas empresas textiles. Así la sociedad no pueda controlar su actividad industrial y por lo tanto sus emisiones. Esta “impunidad” se une a la cultura del consumismo que conlleva la compra de productos que no son necesarios.
Información y correcto etiquetado son claves para empezar a controlar las actividades industriales. Algunas organizaciones como Greenpeace y Ecologistas en Acción, llevan a cabo campañas de sensibilización con el problema y proponen alternativas al sistema textil actual y al consumo descontrolado.
Detoxes fue una campaña lanzada por Greenpeace en 2011 que retaba a las marcas más populares de ropa a asumir su responsabilidad por la contribución en la contaminación tóxica. La campaña cerró compromisos con setenta y seis marcas, minoristas y proveedores internacionales, según publica la organización.
Otras propuestas que organizaciones como Ecologistas en Acción dan son comprar solo lo que se necesite, remendar la ropa vieja si se puede y dar la desgastada que pueda ser útil para otras personas. En la web de la organización también dan más pautas a seguir para el que quiera desarrollar un consumo responsable libre de tóxicos.
La devastación que supone la industria textil para el medio ambiente es cada vez más visible. Gracias a grandes campañas de información, la ciudadanía es más consciente de un problema que se hace insostenible. Ahora la tarea de toda persona con cierta conciencia ecológica es comprometerse en un consumo responsable, que haga realidad una industria sin tóxicos y respetuosa con el medio y la sociedad.
Ulises Tuero Rodríguez
Periodista
Twitter: @ulistuero |